7 frases de Buda que cambiarán tu vida

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Somos muchas las personas que teniendo como referencia las frases de Buda, vemos el budismo más bien como una filosofía de vida que como una religión. La razón se debe a que pocas doctrinas espirituales nos han cautivado de este modo, pocas prácticas ancestrales han generado tantas transformaciones individuales y generado a su vez cambios de conciencia tan positivos.

La razón por la que el budismo tiene tanto seguidores es debido su sencillez. Al modo en que se trasmiten esos mensajes tan llenos de sabiduría que nos animan a mejorar nuestra calidad de vida. Así, y desde un punto de vista psicológico cabe decir que su impacto en nuestro bienestar emocional es inmenso. No solo nos anima a regular nuestros estados de estrés y ansiedad. Además de ello favorece ese viaje interior mediante el cual, trabajar el autoconocimiento, la plenitud personal…

No pienses que no pasa nada, simplemente porque no ves tu crecimiento… las grandes cosas crecen en silencio

Para beneficiarnos de sus principios tan solo es necesario abrir nuestro corazón. Llevar a cabo una apertura mental con ilusión para adentrarnos en este tipo de filosofía. Por ello, nada mejor que reflexionar en estas frases de Buda.

1. Frases de buda: el dolor y sufrimiento no son lo mismo

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional

Pensemos durante un momento en la esencia de este mensaje. Es muy posible que la primera pregunta que nos hagamos sea la siguiente: ¿qué diferencia hay entre dolor y sufrimiento? Bien, debemos entender antes que nada que el dolor es algo genuino y legítimo. Si a mí me golpean o me hieren, sentiré dolor. Si a mí me abandona mi pareja, sentiré de forma irremediable un dolor por esa ausencia.

Sin embargo, el sufrimiento hace referencia a esa carga emocional negativa que cargamos en nuestra mochila durante un tiempo excesivo. Puedo, por ejemplo, sufrir por esa separación o ese abandono durante un tiempo limitado: el que dure el proceso del duelo por el abandono de mi pareja. Si lo alargo más allá de ese periodo, estaré perdiendo calidad de vida.

Asimismo, y teniendo en cuenta que a las personas solo nos puede dañar aquello a lo que le damos importancia, evitar el sufrimiento inútil puede consistir simplemente en dar un paso atrás, desligarse emocionalmente y ver las cosas desde otra perspectiva. El dolor es algo físico e inevitable, pero el sufrimiento es una elección, depende de nosotros, de nuestros pensamientos y emociones.

Lograrlo lleva práctica y tiempo, pero merece realizar este gran aprendizaje. Como guía para ello, otra de las frases de Buda que nos puede servir de referencia sobre cómo comenzar es: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”.

2. Aprende a vivir el presente

Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora

Nuestra mente adora alimentarse del pasado, vive de nostalgias, de lo que no pudo ser. Asimismo, otro de sus defectos es anticipar futuros, preocuparse por aspectos que aún no han acontecido. Esto nos lleva a no vivir el momento y que nuestras vidas pasen de largo sin ser conscientes. El budismo nos enseña a centrarnos en el aquí y ahora. Por tanto, debemos aprender a estar presentes, a disfrutar de cada momento como si fuera el único.

3. La plenitud está en la unidad

Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno

Para encontrar un verdadero estado de bienestar es imprescindible que mente y cuerpo estén en un equilibrio. Si hay algo que todos sabemos es que vivimos en una sociedad que exalta el aspecto físico. Un mundo donde favorece esa desvinculación del mundo interior porque lo que cuenta es la apariencia, no la esencia.

Cambiemos el enfoque, reflexionemos cada día en una de las mejores frases de Buda para recobrar esa unidad. Para engarzar cuerpo y alma, piel y emociones, cuerpo y cerebro, presencia y corazón. De este modo, y al conseguir un equilibrio óptimo entre todas esas dimensiones, nos sentirnos más plenos y conscientes del aquí y ahora, facilitando una plenitud emocional más rica.

Un modo sensacional de lograr esta conexión es a través de la meditación y el yoga.

4. La vida no es un camino llano, prepara tus recursos

Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo

No todos los caminos que vayamos a transitar en esta vida estarán alfombrados. No todas las opciones van a ser sencillas ni hallaremos un puente en cada dificultad. A menudo, en nuestro día a día nos vamos a encontrar senderos muy agrestes y empinados, donde no hay comodidades. De ahí que debamos ir preparados, con calzado propio, con recursos propios.

Esta es sin duda una de las frases de Buda más interesantes, esa donde nos anima a ser conscientes de que vivir exige sortear baches. Así que nada mejor que ir preparados.

5. Tu dolor no debe buscar culpables

No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo

¿Qué nos trasmite este mensaje? La respuesta es sencilla: responsabilidad, madurez y compromiso con nosotros mismos y los demás. De algún modo, esta frase nos recuerda a esa otra que todos habremos usado alguna vez no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti”.

Así, esta quinta reflexión va también un poco mucho más allá, ya que consiste en un profundo conocimiento de nosotros mismos, en esa gran empatía hacia los demás donde trabajar la autoconciencia y responsabilidad. Si la vida nos ha golpeado, si hemos sufrido reveses o nos han decepcionado, no busquemos sobre quien proyectar la culpa. Sanemos heridas y avancemos.

6. ¿Qué es para ti lo esencial?

No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita

Nuestro deseo de tener más, tanto en el plano material como el emocional, es la principal fuente de todas nuestras preocupaciones y desesperanzas. Su máxima se basa en aprender a vivir con poco y aceptar todo aquello que nos brinda la vida en su momento. Ello nos llevará a una vida más equilibrada, reduciendo el estrés y muchísimas tensiones internas.

El hecho de desear más cosas indica a menudo falta de seguridad. Denota que nos sentimos solos y necesitamos llenar esos vacíos. Sentirnos a gusto con nosotros mismos nos permite dejar atrás la necesidad de no tener que demostrar nada. Las posesiones no nos llevan a la felicidad. La felicidad es una actitud y por lo tanto es algo que se cultiva desde dentro.

7. La valentía de desaprender

Para entender todo, es necesario olvidarlo todo

De pequeños estamos en continuo aprendizaje. Nuestro mapa mental aún no está diseñado, y ello hace que estemos abiertos a “todo”, que nuestra capacidad de entender cualquier cosa sea inmensa. Sin embargo, no sabemos juzgar, todo lo aceptamos y lo damos por cierto.

Pero a medida que crecemos, nuestra mente se llena de condicionamientos y normas sociales que nos indican cómo debemos ser. Nos inculcan el aparente sentido de las cosas, de cómo debemos comportarnos e incluso cómo debemos pensar interiormente. Nos volvemos inconscientes con nosotros mismos y nos perdemos.

Para cambiar y ver las cosas desde una perspectiva más sana tenemos que aprender a desligarnos de las creencias, desaprender hábitos e ideas que no provienen de nuestro corazón. Para ello, esta última frase de Buda nos servirá también para comenzar el proceso: “En el cielo no hay distinciones entre este y oeste, son las personas quienes crean esas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad”.

Pensemos en ello.

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La mente es maravillosa