Busca dentro de ti

Lleva tu atención a mirar dentro de ti aquello que nunca muere. Deja ir lo que ha muerto o se ha ido. Olvídate de intentar traerlo de vuelta. No tomes su partida como algo personal.
Los milagros de Buda son totalmente diferentes de los de Jesús. Una mujer se acercó a Buda: su hijo ha muerto y ella se lamenta y llora. Es viuda y nunca podrá tener otro hijo. Su único hijo está muerto y él constituía todo su amor y su atención.
Pero ¿qué hizo Buda? Buda le sonrió y dijo: “Ve al pueblo y busca unas cuantas semillas de mostaza de una casa donde nadie haya muerto.” La mujer se fue rápidamente al pueblo y fue de casa en casa. Y en todas le decían: “Podemos darte tantas semillas de mostaza como desees, pero no podemos cumplir tu condición, porque mucha gente ha muerto en nuestra casa.”
Una y otra vez ocurría lo mismo. Sin embargo ella seguía abrigando esperanzas. “Quizás, quién sabe, puede haber alguna casa, en algún lugar, que no ha conocido la muerte.” Caminó y caminó durante todo el día. Hacia la tarde, una gran luz de comprensión le sobrevino: “La muerte es una parte de la vida. Ocurre. No es algo personal. No es una calamidad personal que me ha ocurrido a mí.”
Con esa comprensión se dirigió a Buda. El le preguntó: “¿Dónde están las semillas de mostaza?” Y ella sonrió, cayó a los pies de él y le dijo: “Iníciame. Quisiera conocer aquello que nunca muere. No te pido que me devuelvas a mi hijo, porque aún así, él moriría nuevamente. Enséñame algo que pueda conocer dentro de mí misma: lo que nunca muere.”

Mirar dentro.

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Sw. Veet Agustin