El discípulo le preguntó al maestro:
– ¿Puede alguien llegar hasta Dios sin intermediarios?
– A lo que el maestro le contestó:
– Si concibes a Dios como algo separado de ti, en tanto piensas que Dios está en un sitio y tú en otro, necesitas un camino para llegar hasta él. El mismo camino que, si te detienes y miras atrás, recorriste para separarte. Esta senda es el intermediario. A ese camino del retorno, en la tradición de los derviches, le llamamos Amor
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