Fe

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Fe

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Ten fe… Cuando se cierren todas las puertas delante de ti.

Ten fe… Cuando las noches sean frías y sientas que la soledad te abraza.

Ten fe… Cuando en cada intento por la vida nazca un fracaso.

Ten fe… Cuando te sientas cansado y agotado de este largo camino.

Ten fe… Cuando todos duden de que tú podrás vencer.

Ten fe… Cuando seas objeto de burla de alguna persona ignorante y llena de odio.

Ten fe… Cuando no encuentres un motivo para vivir.

Ten fe y cree en ti, porque eres tú y tan solo tú quien tiene el poder de ayudarte a salir adelante.

Ten fe, porque aún nada está perdido.

Ten fe, porque la esperanza es lo último que puedes perder y porque los milagros están por todas partes.

Ten fe, porque tu corazón lleno de amor puede cambiarlo todo.

Ten fe, porque lo que sucede te hará más fuerte.

Ten fe, siempre ten fe, porque la vida también está llena de sorpresas maravillosas.

Que sea un día para tener fe y entender que con el sol nace una nueva oportunidad para que cualquier situación cambie y mejor aún para lograr ser una nueva y mejor versión mejorada de ti mismo.

TEN FE EN TI, Y TODO ABSOLUTAMENTE TODO CAMBIARÁ.

El Principio 90/10 de Stephen Covey

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El Principio 90/10 de Stephen Covey

l escritor estadounidense Stephen Covey, ilustra, a través de una simple historia, de qué se trata el principio 90/10. La misma retrata una escena cotidiana y plantea que un 10% de tu vida está relacionado con lo que a uno le pasa, mientras que el restante 90% está determinado por lo forma en que se reacciona a aquello que sucede.

Sobre ese 10% uno no tiene control, no se puede evitar que el auto se rompa o que el transporte se retrase. Que nos sorprenda la lluvia o que el tráfico se agudice. El otro 90% es diferente y depende 100% de ti, ya que tiene que ver con cómo actúas y con cómo te tomas todos esos obstáculos o eventualidades.

Covey cuenta el siguiente ejemplo:

«Estás desayunando con tu familia. Tu hija tira una taza de café y salpica tu camisa de trabajo.Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar.

Lo siguiente que suceda será determinado por tu reacción:

Tú maldices.
Regañas severamente a tu hija por que te tiró la taza encima.
Ella rompe a llorar.
Después de regañarla, te volteas a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca de la orilla de la mesa.
Y sigue una batalla verbal.
Tú, vociferando, vas a cambiarte la camisa.
Cuando regresas, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando, terminándose el desayuno y alistándose para irse a la escuela.
Ella pierde el autobús.
Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo.
Tú te apresuras al carro y llevas a tu hija a la escuela.
Debido a que tú ya estas atrasado, manejas 40 millas por hora en una avenida cuya velocidad máxima es de 30 millas por hora.
Después de 15 minutos de retraso y obtener una multa de tráfico por $60.00, llegas a la escuela.
Tu hija corre a la escuela sin decirte adiós.
Después de llegar a la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta que se te olvidó el portafolios.
Tu día empezó terrible. Y parece que se pondrá cada vez peor.
Ansías regresar a casa.
Cuando llegas a tu casa encuentras un pequeño distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija.

¿Por qué?

Todo fue debido a la manera en que reaccionaste esa mañana.

¿Por qué tuviste un mal día?

A) ¿El café lo causó?
B) ¿Tu hija lo causó?
C) ¿El policía lo causó?
D) ¿Tú lo causaste?

La respuesta es la «D».

Ciertamente, tú no tenías control sobre lo que pasó con el café. Fue la forma en cómo reaccionaste los 5 segundos siguientes, lo que terminó el cauce de tu mal día.

Te presento lo que debió haber sucedido.

El café te salpica.
Tú hija está a punto de llorar.
Entonces tú gentilmente le dices: «No te preocupes, cariño, sólo necesitas tener más cuidado la próxima vez».
Después de ponerte una camisa limpia y tomar tu portafolios, regresas al comedor, miras a través de la ventana y ves a tu hija tomando el Autobús escolar.
Ella voltea agradecida y te dice adiós con la mano.

¿Notas la diferencia?

Dos escenarios diferentes.
Ambos empezaron igual.
Ambos terminaron diferente.

¿Por qué?

Tú realmente no tienes control sobre el 10% de lo que sucede en la vida. El otro 90% fue determinado por tu reacción.

Estas son algunas formas de aplicar el Principio 90/10.

Si alguien te dice algo negativo acerca de ti, no te lo tomes a pecho.
Deja que el ataque caiga como el agua sobre el aceite.
No dejes que los comentarios negativos te afecten.
Reacciona apropiadamente y no arruinarás tu día.
Una reacción equivocada podría resultar en la pérdida de un amigo, ser despedido, te puedes estresar, etc.

¿Cómo reaccionas si alguien te interrumpe en el tráfico?
¿Pierdes tu carácter?
¿Golpeas sobre el volante? (a un amigo mío se le desprendió el volante).
¿Maldices?
¿Te sube la presión?
¿A quién le preocupa que llegues 10 segundos tarde al trabajo?
¿Por qué dejar que los automóviles te arruinen el viaje?

Recuerda el Principio 90/10 y no te preocupes de eso.

Tú has dicho que perdiste el empleo.
¿Por qué perder el sueño y ponerte enojado?
No funcionará.
Usa el tiempo y la energía que inviertes en tu preocupación para encontrar otro trabajo.

El avión está atrasado. Va a arruinar la programación de tu día.
¿Por qué manifestar frustración con el empleado de la aerolínea?
Él no tiene control sobre lo que está pasando.
Usa tu tiempo para estudiar, conocer a otros pasajeros, ¿por qué estresarte?
Eso hará que las cosas se pongan peor.

Ahora ya conoces el Principio 90/10. Aplícalo y quedarás maravillado con los resultados. No perderás nada si lo intentas.

Millones de personas están sufriendo de un estrés que no vale la pena, sufrimientos, problemas y dolores de cabeza.

Lo único que hace falta es voluntad para darnos el permiso de vivir la experiencia.

Todo, absolutamente todo lo que damos, hacemos, decimos, o aún, todo lo que pensamos, es un Boomerang. Regresa a nosotros. Si queremos recibir, aprendamos primero a dar.

Todos podemos entender y debemos aplicar el Principio 90/10. ¡Puede cambiar tu vida! Disfrútala.

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Ciencia cósmica

Un mundo de locos

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Un mundo de locos

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Había un mundo donde todos sus habitantes estaban locos. Un día, uno de esos locos que vivía como ellos, se preguntó qué hacía él allí, entre tantos locos. Él no era de allí, quería irse. Se sentía raro, no era como los demás. Uno de aquellos locos le preguntó qué le pasaba, y el hombre le contestó:

-Yo no soy de aquí, yo no pertenezco a este planeta, a este lugar.
-Este está loco -pensó el loco de aquel hombre -¿cómo que no eres de aquí, si aquí estás?
Gran dilema tenía aquel hombre. ¿Cómo explicar a un loco, que está loco? ¿Cómo explicar a los locos, que él no lo está? El hombre lo intentó, y habló con cuantos locos se le acercaron con curiosidad o interés.
-Está loco -comentaban entre los locos a escondidas del hombre.
Un día llegó otra persona, uno que hasta no hace mucho había estado loco, pero que ya se le había pasado la locura, y acercándose al hombre le dijo:
-Hola, tienes razón, estos están locos. Me acabo de dar cuenta.
-¡Qué bien! -dijo el hombre-, ya no estoy solo.
Pasó el tiempo, y algunos locos fueron dejando de estar locos, y se juntaron todos en un grupo al que denominaron, aquellos que ya no están locos. Así que los habitantes de ese planeta estaban divididos en dos grupos, los locos y los que ya no estaban locos.
Los locos seguían viviendo con su locura, y los que ya no estaban locos, se apartaban de los locos para que estos no les contagiaran la locura. Se creían mejores que los locos, y no querían juntarse con ellos.
Muchos de los que ya no estaban locos, querían convencer a los locos de su propia locura, para que así dejaran de estar locos y todos estuvieran cuerdos.
Pasado el tiempo, el hombre que formaba parte del grupo de los que ya no estaban locos, se dijo:
-¿Qué está pasando? Aún estoy loco -no entendía qué le pasaba. Él descubrió que la gente estaba loca, y que él ya no, pero ahora de nuevo había descubierto que estaba loco, ya que aquellos que creían que ya no estaban locos, aún lo estaban, aunque al igual que los locos no lo sabían.
Así que volvió de nuevo con los locos. Vivía como los locos, pero había vivido como los que en teoría ya no estaban locos, así que eso le permitía vivir sin locura. Pero aquel hombre que había vuelto con los locos, los que creían que ya no estaban locos le criticaban y decían que volvía a estar loco.
Algunos de los que creían que ya no estaban locos decidieron vivir sin intentar convencer a los locos de su propia locura, ya que entendieron que ellos no podrían convencer a un loco de su propia locura, que eso era cosa de ellos. Era como querer que un sordo escuchase o un mudo hablase.
Aquel hombre y unos cuantos más, vivían entre aquellos locos y aquellos que creían que ya no estaban locos, pero que aún se separaban de los demás, sin aceptar a nadie y creyéndose mejores. Aquel hombre y esas pocas personas más, que un día habían estado locos y que se habían dado cuenta de su locura, ahora ya no se separaban de nadie, tan solo vivían con su cordura en un mundo de locos.
Todo aquel que sea consciente que estaba loco (dormido en la inconsciencia), si se separa de los demás, juzga o se cataloga como diferente, se está separando y aún seguirá estando loco en otro tipo de inconsciencia. Aquel que está cuerdo de verdad, es aquel que puede vivir en un mundo de locos sin necesitar y sin intentar que nadie despierte de la inconsciencia. Es aquel que vive con plena Aceptación de lo que Es, y aquel que ya no desea nada del mundo de los locos ni nada del mundo de los que se consideran que ya no están locos. Aquel que ya no juzga ni a unos ni a otros. Aquel que vive en concordancia a la cordura, comprendiendo que aquellos locos son presa de la locura.
El auténticamente cuerdo, es aquel que permanece sin sufrimiento, que vive y permanece en PAZ.
Locura=inconsciencia=sufrimiento
Cordura=Consciencia=Aceptación=Tranquilidad=Uno mismo
Nunc

Who Are You…. Really

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Who Are You…. Really

Cualquier pensamiento que hayas tenido sobre ti mismo, pequeño o desmesurado, no es quién eres. Es solo un pensamiento.

La verdad de quién eres no puede ser “pensada”, porque ella es la fuente de todos los pensamientos.

No se puede definir o darle nombre a la verdad de quién eres.

Palabras como alma, luz, Dios, verdad, ser, conciencia, inteligencia universal o divinidad, aunque sean capaces de evocar el éxtasis de la verdad, son insuficientes como descripción de la inmensidad de quién eres realmente.

Independientemente de cómo te identifiques: como un niño, un adolescente, una madre, un padre, una persona más adulta, una persona saludable, una persona enferma, una persona que sufre o una persona iluminada, siempre detrás de todo eso, está la verdad de ti mismo. No es ajena a ti. Está tan cerca que no puedes creer que eres tú.

No existe un concepto para definir la verdad de quién eres, ignorante o iluminado, inútil o grandioso.

La verdad de quién eres, está libre de todo eso. Ya eres libre y todo lo que te impide lograr esa libertad es tu apego a alguna idea sobre quién eres.

Este pensamiento no impide que seas la verdad de quien eres. Tú ya eres eso. Te separa del descubrimiento de quien eres realmente.

Te invito a dejar que tu atención se sumerja en aquello que siempre ha estado ahí, esperando abiertamente por su propio auto-descubrimiento.

¿Quién eres, realmente?

¿Eres alguna imagen que aparece en tu mente?

¿Eres alguna sensación que aparece en tu cuerpo?

¿Eres alguna emoción que pasa por tu mente o tu cuerpo?

¿Eres algo que alguien dice que tú eres?

O ¿Eres la rebeldía contra algo que alguien ha dicho que eres?

Estos son algunos de los muchos errores de identificación.

Todas estas definiciones vienen y se van, nacen y después mueren.

La verdad de lo que eres, no viene y se va.

Ella está presente antes del nacimiento, durante toda la vida y después de la muerte.

Descubrir la verdad acerca de quién eres, no solo es posible, es tu derecho de nacimiento.

Cualquier pensamiento de que este descubrimiento no es para ti, que aún no es tiempo, que no eres digno, que no estás listo, que tú ya sabes quién eres, son solo trucos de la mente.

Es hora de investigar este pensamiento y ver qué validez realmente tiene.

En esta investigación existe una apertura para que la conciencia inteligente que eres, finalmente se reconozca a sí misma.

La pregunta más importante que puedes hacerte es: ¿Quién soy yo?

De cierta forma, esta ha sido una pregunta implícita, hecha en cada etapa de tu vida. Toda actividad sea individual o colectiva, es motivada en su raíz, por una búsqueda de auto- definición.

Normalmente, buscas una respuesta positiva a esta pregunta y huyes de una respuesta negativa. Cuando esta pregunta se vuelve explícita, el impulso y el poder de la pregunta orientan a la búsqueda de la verdadera respuesta, la cual está abierta, viva y llena de una “comprensión” cada vez más profunda.

Tú has experimentado tanto el éxito como el fracaso.

Después de un cierto tiempo, tarde o temprano, te das cuenta de quién eres, por más que la definas, no es satisfactoria.

A menos que esta pregunta haya sido verdaderamente respondida — no solo convencionalmente respondida — seguirás con el hambre de saber.

Puesto que no importa cómo hayas sido definido por. Los otros, bien intencionado o no, y no importa cómo te hayas definido a ti mismo, ninguna definición puede traer certidumbre duradera.

El momento en que reconozcas que ninguna respuesta jamás ha satisfecho esta pregunta, es crucial.

A menudo se lo denomina como el momento de madurez espiritual, el momento de madurez de la vida espiritual.

En este punto puedes conscientemente investigar quién eres realmente.

En su poder y simplicidad la pregunta ¿Quién soy yo? Lanza la mente de nuevo a la raíz de la identificación personal, la hipótesis básica: “yo soy alguien” …

En vez de aceptar automáticamente esta suposición como la verdad, puedes investigar más.

No es difícil ver que este pensamiento inicial de “yo soy alguien” conduce a todo tipo de estrategias: ser un

mejor “alguien”, un “alguien” más protegido, un “alguien” con más placer, más confortable, más realizado.

Pero cuando este pensamiento muy básico es cuestionado, la mente encuentra el Yo, el cual estaba separado de lo que ella ha estado buscando. Esto se llama auto-investigación.

La pregunta más básica: ¿Quién soy yo? Es la que más se pasa por alto.

Pasamos la mayor parte de nuestros días diciéndonos a nosotros mismos o a los demás que somos alguien importante, alguien sin importancia, alguien grande, alguien pequeño, alguien joven o alguien viejo, sin nunca realmente cuestionar esta suposición tan básica:

¿Quién eres, realmente?

¿Cómo sabes que esto es quien eres en realidad?

¿Es verdad? ¿Realmente?

Cuando llevas tu atención hacia esta pregunta: “¿Quién soy yo?” tal vez veas una entidad la cual tiene tu cara y tu cuerpo. ¿Pero quién es consciente de esa entidad? ¿Eres el objeto, o eres la percepción del objeto?

El objeto viene y se va.

El padre, el niño, el amante, el abandonado, el iluminado, el victorioso o el derrotado. Todas estas identificaciones vienen y se van.

La percepción de estas identificaciones está siempre presente.

La errónea identificación de uno mismo como algún objeto dentro de la percepción lleva al extremo placer o extremo dolos, ya ciclos interminables de sufrimiento.

Cuando estás dispuesto a terminar con la errónea identificación y descubrir directa y completamente que tú eres la propia conciencia y no estas definiciones efímeras, la búsqueda de ti mismo en los pensamientos termina.

Cuando la pregunta “¿quién?” es perseguida de forma inocente, pura en todo el camino de vuelta a su origen, surge un gran y asombroso descubrimiento: ¡no hay ninguna entidad allí! Apenas el indefinible e ilimitado reconocimiento de ti mismo, como inseparable de cualquier otra cosa.

Eres libre. Estás completo, eres infinito.

No hay final para ti, no hay límite.

Cualquier idea sobre ti mismo que aparezca, desaparecerá de vuelta en ti.

Eres la percepción, y la percepción es la consciencia.

Deja que todas las auto-definiciones mueran en este momento. Déjalas ir y ve lo que permanece. Ve lo que nunca ha nacido y lo que no muere.

Siente el alivio de dejar caer la carga de definirte a ti mismo.

Experimenta la verdad de la irrealidad de la carga

Experimenta la alegría que está aquí.

Descansa en la infinita paz de tu verdadera naturaleza antes de que cualquier pensamiento de “yo” surja.

Elevación

meditacion

Elevación

Me viene al pelo lo que dice Rumi: «si quieres amor, no te escondas de ti mismo». Y yo, varios días buscando una definición de la AUTÉNTICA meditación, no de esos espantajos que se ven por ahí con una frecuencia indeseable.
En primer lugar, la meditación no tiene absolutamente nada que ver con las porquerías y estafas reflejadas en las imágenes, sobre todo la primera si no te has puesto desodorante. Se trata de tomaduras de pelo para incautos que no llevan, como cualquier mentira, más que a la confusión y a la religionalización (de ‘religión’) de algo que no lo es… bueno, ni te cuento. De todas formas, si te gusta ponerte en posturas ridículas, el yoga puede inspirarte una cuantas.
Si te pusiesen una pistola en la sien y me obligasen a decidirme por la palabra que se aproximase a meditación, elegiría LIBERTAD.
Nada, absolutamente nada más lejos de la meditación que esa aberración denominada «meditación guiada», donde un/a caradura te sugerirá un ritual inútil y después te sugestionará con las más peligrosas de las aberraciones, como:
«Repite conmigo:
– Yo soy la energía universal.
– Yo soy el poder divino.
– Yo soy la manifestación de Dios».
Pero, pedazo de gilipollas, si de lo que se trata es de elevarte al «no ser», y ahí no haces más que repetir «Yo soy»…
Y ahora viene lo más gordo: ¿cómo voy a explicarte con palabras algo que trasciende las palabras?
Renunciando a ello e invitándote a que lo EXPERIMENTES POR TI MISMO.
MIS SUGERENCIAS PERSONALES SON MÍNIMAS. Como siempre, toma las que quieras.
1º. Agarra una bolsa de basura (una de Mercadona también vale) y echa en ella todos los fetiches que encuentres en tu casa: budas (él mismo prohibió ser representado en ninguna imagen; tal vez porque quizás estaba muy gordo), sándalo (es tóxico), todos los CD’s que tengas de «música para meditar», etc.
2º. Tíralos al contenedor de basura más próximo o al que quieras, al de color marrón mier… ¡Qué liberación, verdad!
3º. Es un buen consejo sentarse con la espalda recta, hombros relajados y piernas a 90º, sencillamente porque es la posición más descansada, más antianatómica, no por ningún motivo estúpido.
4º. Si es las primeras veces que lo haces, pon una alarma a los 15′. Para empezar, y a veces para continuar, puede ser suficiente. Asegúrate, en la medida que puedas, de que nada va a interrumpirte.
5º. Con los ojos ya cerrados, para que no te distraigan los estímulos externos, las formas, respira abdominalmente algunas veces, porque es la forma natural de respirar y porque nos sirve para situarnos en un eje, centrarnos (no podemos dejar de respirar; en caso de que lo hagas, llama a una funeraria).
6º. Trata de observar tus pensamientos, cómo vienen y van, sin importarte si vuelven: ACABAS DE EXPERIMENTAR ALGO DE UN VALOR INCALCULABLE. ¿Quién esta observando «tus» pensamientos? ¡TÚ NO ERES TUS PENSAMIENTOS! ¡TÚ NO ERES ‘TU’ EGO! Enhorabuena: bienvenido a la Realidad, bienvenido a la Libertad.
7º. Sigue así hasta que suene la alarma. Practica cada día. El sufrimiento, lo hemos comprobado, es adictivo, pero LA LIBERTAD Y LA REALIDAD también lo son, en sentido positivo.
Lo que ocurra o deje de ocurrir en los próximos días, semanas, meses o años no te lo voy a contar. Si lo quieres saber, EXPERIMENTA.
Te recordaré un experimento: en una isla enseñaron a unos primates unas habilidades muy especiales. A continuación, viajaron a otra isla ¡y los primates de allí, (a los que nadie había adiestrado) habían adquirido esa habilidad. ¿Por qué no se habla casi nunca de este tipo de experimentos y sí de las TEORÍAS NO DEMOSTRADAS del imbécil de Hawking? Porque estos experimentos no pueden ser explicados por la religión científica pero, sobre todo, porque TU MEDITACIÓN ENRIQUECE A TODO EL UNIVERSO. Sé consciente de ello.
Mira esta película hasta el final si no la has visto, y DIME ALGO:

Científicos confirman la existencia del alma

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Científicos confirman la existencia del alma

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

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La consciencia es el conocimiento inmediato que tenemos de nosotros mismos, de nuestros actos y reflexiones, pero también la capacidad del hombre de verse, reconocerse y de juzgar sobre esa visión. Su naturaleza causó muchas preguntas desde que tenemos memoria y posee implicaciones existenciales, médicas y espirituales.

El doctor Stuart Hameroff, del Departamento de Anestesiología y Psicología así como directivo del Centro de los Estudios de Conciencia de la Universidad de Arizona, en la ciudad de Tucson, Estados Unidos, y su colega, Sir Roger Penrose, físico matemático en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, llevan trabajando desde 1996 en una teoría cuántica de la conciencia, que establece que el alma está contenida en una estructura de microtúbulos en la células cerebrales.

«La idea nace de que el cerebro es una computadora biológica, con cien billones de neuronas cuyas conexiones sinápticas actúan como redes de información», aseguró a Perfecto.guru

Sus conclusiones señalan que nuestras experiencias son el resultado de los efectos de la gravedad cuántica en los microtúbulos, un proceso al que llaman reducción objetiva orquestada (Orch-Or). La comunicación entre neuronas mediante la secreción de neurotransmisores se realiza a través de vesículas sinápticas distribuidas a lo largo de sus axones. El citoesqueleto de las neuronas juega un papel de suma importancia en la dinámica de estas vesículas. Hameroff y Penrose proponen que los microtúbulos, las unidades más pequeñas del citoesqueleto, actúan como canales para la transferencia de información cuántica responsable de la consciencia.

Hasta ahora había un cierto consenso científico en considerar que la consciencia surgió como una propiedad de los organismos biológicos durante la evolución. Sería, por lo tanto, una adaptación beneficiosa que proporciona una ventaja evolutiva a las especies conscientes. En cambio, la teoría Orch OR afirma que la consciencia es una característica intrínseca de la acción de un universo no computable.

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Hameroff y Penrose proponen que los microtúbulos actúan como canales para la transferencia de información cuántica responsable de la consciencia

Según un reportaje publicado por el Daily Mail, en una experiencia cercana a la muerte, por ejemplo, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información dentro de ellos no se destruye. Es decir que, en términos comprensibles, el alma no muere, sino que vuelve al universo.

El Dr. Hameroff explicó detalladamente su teoría en un documental narrado por Morgan Freeman, llamado Through the wormhole (A través del agujero de gusano), que fue emitido por el canal Science de Estados Unidos. En este documental el doctor Hameroff declaró que cuando «el corazón deja de latir, la sangre deja de fluir, los microtúbulos pierden su estado cuántico. La información cuántica en los microtúbulos no se destruye; no puede ser destruida; simplemente se distribuye y se disipa por el universo».

Y añadió que si el paciente es resucitado, esta información cuántica puede volver a los microtúbulos y el paciente dice: «Tuve una experiencia cercana a la muerte». Sin embargo si el paciente muere, «sería posible que esta información cuántica existiera fuera del cuerpo indefinidamente, como un alma».

El Dr. Hamerof cree que las nuevas ideas sobre el papel de la física cuántica en los procesos biológicos, como la navegación en los pájaros, ayudan a confirmar su teoría.

Ambos científicos, de renombre internacional, se unen a la teoría de la existencia del alma. También el Dr. Rick Strassman afirma que la entrada del alma en el cuerpo humano se produce a través de la glándula pineal.