Alerta, pregunta incómoda: ¿está fracasando la medicina?

medicos

Alerta, pregunta incómoda: ¿está fracasando la medicina?

Exceso de investigaciones y guías clínicas, intereses de la industria y falta de atención en consulta. Hablemos de crisis

“Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre”. Ese fue el lema de todo vademécum médico hasta el siglo XX. Mucho más que la opinión del experto que actúa basándose en lo que «le funciona», hoy la consulta médica intenta ofrecer los resultados de la mejor investigación. Esto es lo que promueve la Medicina Basada en la Evidencia (MBE), que combina la ciencia con la experiencia clínica de los profesionales y las circunstancias peculiares de los pacientes. Es uno de los grandes avances de la práctica médica y de la docencia de la medicina clínica. Sin embargo, pese a sus positivos propósitos teóricos, se alzan voces críticas que llaman la atención sobre los excesos de estudios y guías clínicas que, obedeciendo a los intereses de la industria y la política sanitaria, no responden en la práctica a las necesidades de los pacientes. ¿La medicina de la evidencia está en crisis? Varios profesionales de la medicina lo analizan.

medicos

Un artículo de referencia sobre esta cuestión es el escrito por Trisha Greenhalgh, autora de un libro fundamental, How to read a paper. The basics of Evidence-Based Medicine (Cómo leer un estudio. Las bases de la medicina basada en la evidencia) y publicado en 2014 en British Medical Journal (BMJ). “El artículo habla de la crisis de la MBE y reivindica su práctica en el momento actual. Las críticas deben hacerse a su mala utilización y su manipulación interesada por profesionales, gestores e industria farmacéutica: si las preguntas que trata de responder la investigación no las marcan las necesidades de los pacientes sino otros intereses, o si son difundidas por profesionales con evidentes conflictos de interés, la evidencia se corrompe”, recuerda Rafael Rotaeche, médico de familia del Centro de Salud de Alza del Servicio Vasco de Salud.

Sin embargo, para profesionales como el médico Vicente Baos, la MBE ni está en crisis ni es un modelo superado que tenga una alternativa válida disponible: “Se puede hablar de su mal uso o de los efectos secundarios que pueda generar, o de sus limitaciones en la práctica clínica, pero no de MBE en crisis ni en estado crítico. Es una exageración a la búsqueda de un titular, aunque sea en una revista científica como BMJ. El propio artículo detalla aspectos que hacen que se pueda revisar y mejorar su uso, pero no su eliminación. De lo contrario, volveríamos al a mí me va bien y por eso uso ese tratamiento. La MBE cambió esa manera de actuar”.

Recuperar la escucha del médico y la confianza del paciente

Una crítica que se deriva de los estudios realizados es que la investigación no se enfoca a las necesidades reales de los pacientes en la consulta. ¿Ha dejado la medicina de escuchar al paciente? “Una correcta atención (la anamnesis) puede evitar exploraciones complementarias costosas e inútiles o medicaciones innecesarias. Sin embargo, muchos médicos se ven sometidos a una carga de trabajo que les priva del tiempo necesario para escuchar. Una de las consecuencias negativas de la industrialización de la medicina es que la historia clínica electrónica, con sus grandes ventajas, favorece la atención excesiva a lo cuantificable. Con frecuencia, el ordenador en la consulta no es un elemento auxiliar, sino una barrera entre médico y paciente”, subraya Javier Peteiro, experto en Análisis Clínicos y jefe de la sección de bioquímica del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña, autor del libro El autoritarismo científico.

Este médico indica que esta quiebra de confianza en el paciente también puede tener su origen en la excesiva dogmatización de la MBE: «Se transmite la idea de que la medicina es omnisciente y omnipotente, de modo que cualquier frustración ante la atención médica puede en algunos casos tornarse en demanda judicial, algo que facilita que la práctica médica sea cada día más defensiva, y quizá hace recaer en el paciente decisiones que le son difíciles de tomar sobre su tratamiento, especialmente cuando se expresan en términos de probabilidades, algo muy poco intuitivo”.

Para Baos, no obstante, la afirmación de que la crisis de la MBE se deba a la falta de atención a los pacientes es una exageración: “El Instituto Nacional británico para la Salud y los Cuidados (NICE), que utiliza de forma ejemplar la MBE, abre sus documentos a la valoración de los grupos de pacientes. En varias ocasiones, las asociaciones de pacientes, que son muy diversas, han sido manipuladas por intereses comerciales para recomendar o no un tratamiento. El médico debe tener información de calidad para aconsejar y recomendar a los pacientes el que más les convenga. La comunicación en la consulta es una tarea bilateral entre personas. Las evidencias científicas son un conocimiento que el profesional debe transmitir al enfermo. Si un tratamiento es excelente, pero tiene importantes efectos secundarios, o bien mejora la expectativa de vida muy poco con importantes efectos indeseados, el paciente deberá ser escuchado en todas las situaciones”. Otros facultativos como el doctor Rotaeche concuerdan: “Lo mismo que no es cierto que la MBE desprecie la experiencia clínica personal, tampoco lo es que no tenga en cuenta la opinión de los pacientes”

El problema de las guías clínicas

En los tiempos de crecimiento de la literatura científica con cientos de ensayos clínicos que se publican a diario, el modelo de la MBE ha propiciado la aparición de un nuevo tipo de publicaciones que resumen y sintetizan este conocimiento: las revisiones sistemáticas, como las publicadas por la Colaboración Cochrane, o las guías de práctica clínica (GPC) basadas en la evidencia, en contraposición a las recomendaciones basadas en la opinión de los expertos elaboradas según el método GOBSAT (Good Old Boys Sat Around the Table, Los colegas sentados alrededor de la mesa).

El problema del fenómeno de las GPC y los protocolos, señala Rotaeche, es su forma de elaborarse: “Hay múltiples documentos sobre un mismo tema con recomendaciones contradictorias, en muchas ocasiones por los conflictos de interés de autores y patrocinadores. Existen iniciativas internacionales como la AGREE o el grupo GRADE, que han sentado las bases para elaborar guías de forma rigurosa. Richard Smith, antiguo editor del BMJ, decía que sólo un 10 % de los estudios que se publican en realidad son útiles para la práctica clínica. La mayoría de las guías, aún las basadas en las mejores evidencias, se destinan a un solo problema, y su aplicación a rajatabla conduce a la polimedicación y a una carga insostenible para el paciente y su familia”.

El médico Juan Gérvas, autor del blog Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias), apunta a que el exceso de guías fuerza la práctica en la consulta sin mejorar el resultado clínico: “En un estudio, se valoraron 1.682 recomendaciones ginecológicas-obstétricas basadas en la evidencia, pero solo tenían fundamento el 10%. En otro, de 61 guías evaluadas, solo 4 merecían el calificativo de científicas. Se demostró en otra investigación que cuantos más expertos participaban en estos manuales, menor era el fundamento científico de la misma. Hay exceso de guías, pero sobre todo hay falta de ciencia en las mismas».

 

¿La pobreza es una evidencia?

La médula de la MBE conduce a que el médico tome decisiones basadas en la mejor ciencia, pero desde su propuesta inicial ya se reconocía una de sus debilidades: la evidencia sola es insuficiente. “Es un error reducir la evidencia solo a la de los ensayos clínicos aleatorizados”, asevera Rotaeche, quien prosigue: “Por ejemplo, en la atención primaria, las condiciones psicosociales de las personas y su biografía personal determinan diferentes forma de enfermar, y el conocimiento necesario no lo encontramos en ensayos clínicos, sino en la investigación cualitativa. Se puede realizar una práctica basada en la mejor evidencia sin que existan ensayos clínicos, como en los cuidados paliativos o la atención a las personas mayores con múltiples enfermedades crónicas que son sistemáticamente excluidas de los ensayos, que precisa decisiones complejas donde las pruebas son escasas y de menor calidad”.

Si algunos autores como Victor M. Montori aluden a la “corrupción de la MBE”, el doctor Juan Gérvas, autor de Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias), habla de “dictadura ilustrada de la MBE”. “Un problema es que se suelen ignorar los conflictos de la validez externa: los experimentos y los ensayos clínicos pueden ser ciertos para los pacientes e instituciones en que se han realizado, pero no ser extrapolables en otros. Buena parte de la MBE se apoya en estudios que pueden ofrecer la mejor calidad metodológica para responder a preguntas equivocadas y llegar a resultados estadísticamente significativos pero clínicamente irrelevantes. En los ensayos clínicos no suelen constar variables clave como el nivel de educación de los pacientes, sus valores, sus expectativas vitales, su cultura y su clase socio-económica. No suelen interesar situaciones como las minusvalías, el desempleo o la pobreza ni suelen incluir suficientes mujeres, ni niños ni ancianos. No se genera conocimiento que tenga en cuenta las necesidades de la mayoría de los pacientes. Por ejemplo, en la investigación en artrosis, casi todo se centra en la pura biología, en los medicamentos, las prótesis, la radiología y la cirugía, y apenas se estudian los síntomas y molestias que alteran la vida de los pacientes”.

«Son conocidos los diferentes sesgos que presenta la investigación patrocinada, como la no publicación de estudios con resultados negativos, la manipulación sobre datos de seguridad de nuevos fármacos, la elección de variables intermedias para evaluar eficacia en lugar de variables importantes para los pacientes, el cambio de las variables una vez finalizado el estudio, la utilización de comparadores inadecuados en los estudios sobre nuevos fármacos o la interrupción precoz por beneficio en los ensayos clínicos”, expone Rotaeche.

Una de las soluciones se encuentra en la formación de los profesionales sanitarios, propone Baos: “Cada profesional debe saber leer, interpretar y buscar la adecuación a su medio y a las circunstancias que le rodean. No es un problema de la MBE, sino del uso que hagan los médicos de las recomendaciones. La mala ciencia está ahí, la detección de la misma requiere formación y espíritu crítico por parte de los profesionales, y los sistemas sanitarios deberían fomentarlo”. Pero, en este punto, Gervás es más tajante: «La norma general prudente es no seguirlas. El colmo es que las guías, protocolos y algoritmos se aplican por cada enfermedad y son raros los enfermos con una sola patología, por lo que, aunque cada guía fuera perfecta, la aplicación de las distintas guías que precisa el mismo paciente implicaría un gran riesgo”.

Los intereses de la industria

Otra de las principales críticas a la MBE es el excesivo poder que tiene la industria farmacéutica para establecer la agenda de la investigación y la medicina. “Invierten en áreas con retorno de la inversión y beneficios, igual que las empresas de telecomunicaciones o las eléctricas. Éste es el mundo real. La transparencia, la exigencia de responsabilidades, la supervisión de agencias reguladoras y el espíritu crítico e independiente de los profesionales es el único modo de equilibrar todos los componentes”, señala Baos.

Al analizar las guías clínicas canadienses, un informe demostró que en el 75% de ellas, al menos un autor tenía lazos con las industrias de medicamentos, y en el 21% todos los autores tenían este conflicto de interés, indica Gérvas, para quien no se puede hablar solo de la industria farmacéutica, sino también de la industria tecnológica, la alimentaria y la de la gestión sanitaria: “La MBE está secuestrada casi en su totalidad, y es un secuestro ideológico. Las industrias establecen las agendas de investigación y sirven a sus intereses, manipulando a políticos y a pacientes. Buen ejemplo es la subvención de las asociaciones de pacientes, que convierte a muchas en apéndices de propaganda de las farmacéuticas. Pero conviene no tener a la industria farmacéutica de chivo expiatorio. En otros temas, son evidentes los intereses de los especialistas de salud pública, los de la industria tecnológica, sociedades científicas de médicos interesados o pacientes agrupados en asociaciones específicas”.

Un ejemplo “muy claro”, según Peteiro, son las estatinas y los antidepresivos. “Figuran entre los fármacos más vendidos, aun cuando el riesgo real de las hipercolesterolemias moderadas dista de ser evidente y es insuficiente la investigación sobre los mecanismos moleculares implícitos en la depresión. Para una compañía, es más rentable a corto plazo desarrollar una variante molecular de una estatina o de un antidepresivo con menos efectos secundarios, que financiar investigación básica sobre las enfermedades a las que van dirigidos estos medicamentos”.

“La MBE llega a ser peligrosa si se aplica sin mesura promovida por incentivos financieros que modifican la conducta de los médicos y lesionan a los pacientes. Por ejemplo, con el énfasis en el control de la glucemia [azúcar en sangre] y de la hemoglobina glucosilada en los diabéticos, que no mejora el resultado en salud y provoca graves hipoglucemias. Sabemos hace décadas que dicho control estricto no disminuye la insuficiencia, la diálisis, el trasplante o muerte renal, ni las cegueras, ni las neuropatías, pero, según un análisis, se ignora en el 95% de 16 guías clínicas de diabetes”, advierte Gervás.

¿Hacia una investigación ciudadana?

En muchos casos, los intereses de la industria coinciden con los de la sociedad, por ejemplo, en el caso de la terapia antiretroviral del VIH, anota Rotaeche. “Pero en otros existe mucha investigación redundante. ¿Realmente necesitamos 10 fármacos diferentes de una misma familia de antihipertensivos? Las instituciones, los profesionales sanitarios y sus Sociedades Científicas (SSCC) debemos reflexionar por qué la mayor parte de la formación continuada está en manos de la industria y reclamar una educación independiente y planificada de forma rigurosa y transparente. Necesitamos investigación de calidad sobre pruebas diagnósticas, sobre el pronóstico de nuestros pacientes, sus vivencias y actitudes, y la seguridad de los tratamientos a largo plazo. Para ello se necesita tiempo, formación, medios y sobre todo impulso institucional”, concluye Rotaeche.

Para Gérvas, también se precisa “un cambio ideológico que saque a la MBE del campo biológico de los países ricos que interesa a las industrias, científicos y líderes clínicos que la manipulan. Conviene añadir investigación ciudadana que incorpore la visión de legos en todo el proceso, desde el diseño inicial a la transferencia final a la clínica. Es clave el conocimiento generado por clínicos, pacientes y familiares a través de la narración y de la investigación cualitativa. En síntesis: la crítica a la MBE es justa y necesaria y precisamos una mejor MBE que facilite la práctica prudente y sensata de la medicina clínica”.

Compartido en Facebook por:

El pais en 2016

Las otras violencias del cáncer de mama y la campaña de marketing rosa

cancer-mama

Las otras violencias del cáncer de mama y la campaña de marketing rosa

En los últimos años, un entramado de administraciones sanitarias, asociaciones contra alguna enfermedad y empresas promueven campañas «preventivas» para detectar posibles problemas de salud entre la población sana. El complejo médico-industrial abre así nuevos mercados y se autolegitima. Un claro ejemplo es lo que ocurre con las mamografías para detectar el cáncer de mama.

Los mensajes suelen ser paternalistas y no dejan lugar a la reflexión. La demanda de pruebas está inducida. Creada ex profeso para hacer sentir a las mujeres, en este caso, que realizarse estos controles periódicos, las mamografías, es algo «obligatorio».

cancer-mama

El complejo médico-industrial puede estar contento, la ecuación a mayor consumo sanitario más salud funciona a la perfección entre la ciudadanía.

Solo que en ocasiones la ecuación resulta errónea. Hay dudas sobre los beneficios reales de la generalización de estos cribados.

Lo que es cierto es que las administraciones sanitarias no son neutrales, no ofrecen TODA la información, los pros y contras de dichas pruebas, para que la población pueda decidir con libertad.

A mediados de este mes veíamos desnudarse a la popular cantante Marta Sánchez para «luchar contra el cáncer de mama». Un día antes estaba junto a la modelo Bimba Bosé (hermana del cantante Miguel Bosé) y la presentadora de televisión Terelu Campos en un acto con el mismo objetivo patrocinado por la empresa Ausonia.

La clave sobre la mamografía está en que es una técnica carcinogénica (hay que radiar el pecho de la mujer) usada para detectar un posible cáncer en féminas asintomáticas, sanas.

El peligro principal de la prueba es el sobrediagnóstico; se encuentran cánceres que no darán problemas y se intervendrá sobre ellos con los riesgos que conlleva.

Es decir, se sobrestiman los beneficios; se infraestiman los perjuicios; no se informa de los falsos positivos.

Estas pruebas mamográficas están hoy muy cuestionadas. Cada vez más pero eso parece que no lo tiene en cuanta en las campañas rosas.

Y antes de decidir hay que tener toda la información imprescindible sobre estos cribados.

Marta Sánchez cuenta en un momento de la entrevista que le hacen que las mamografías son «obligatorias». Yo entiendo que se refiere a que, en su opinión, han de tomarse así pues en España no son obligatorias.

Me llamó la atención y me puse en contacto con Ana Rosengurtt, la mujer que lucha para que las mamografías no sean obligatorias en su país, Uruguay y que ha obtenido resultados. Una sentencia judicial le ha dado la razón.

La autonomía de las personas está por encima de las buenas intenciones (e interesadas muchas veces) de la prevención medicalizadora. La práctica de la mamografía se recomienda (u obliga) sin que se conozca bien si ofrece más beneficios que daños.

Entiendo que Marta -comenta Ana- habla de mamografía obligatoria como una manera de reforzar la responsabilidad moral que se le adjudica a las mujeres para no faltar a la consigna de evitar la prueba. Lo mejor que he leído sobre este tipo de mensajes y campañas es de una española y su título está muy bien puesto: La violencia de la cultura rosa

Merece la pena que lo leáis porque el texto analiza cómo, de modos sutiles y no tan sutiles, la «cultura del lazo rosa» y las campañas que se realizan en nombre de la concienciación sobre el cáncer de mama infantilizan a las mujeres, sexualizan sus cuerpos, trivializan la enfermedad y aportan una información sesgada.

La obligatoriedad de mamografías existente en Uruguay o que desea Marta Sánchez

me recuerda -me dice Rosengurtt- que las vacunas -otra medida sanitaria para prevenir enfermedades en personas sanas- no son obligatorias porque en los países donde sí lo son, coexiste la obligación con un sistema de indemnización por los daños a las víctimas de sus efectos adversos.

Quiero decir que si la mamografía fuera obligatoria en algún país desarrollado, lo sería a cambio de que se compensara a las víctimas de sus daños. Y según el médico e investigador Perter Götzsche, si la mamografía fuera un fármaco, habría sido retirada del mercado, justamente porque se pagaría mucho más por los daños que lo que se ahorraría por cada mujer salvada del cáncer

Sobre lo que comentaba más arriba de que las buenas intenciones en muchas ocasiones pueden ser interesadas no hay más que ver la campaña que lleva a cabo la marca Ausonia, de la conocida multinacional Procter & Gamble (P&G). Su apoyo a la investigación sobre el cáncer de mama lo hace de la mano de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

No parece muy coherente pues. Ni la AECC, que como podemos ver en la página 25 de su Informe anual de 2015, recibe dinero de compañías cuyos impactos ambientales también pueden cancerígenos: Iberdrola (energía nuclear y térmica), Telefónica (contaminación electromagnética de las comunicaciones inalámbricas) o Repsol (petrolera), entre otras.

Hace ocho años ya, poco tiempo después de crear el blog, que comencé a advertir sobre la financiación poco ética que viene recibiendo la Asociación contra el cáncer

Ha recibido fondos provenientes de bancos y farmacéuticas que tienen demandas judiciales pendientes por los daños de sus medicamentos, muertes en sus ensayos clínicos, sobornar a médicos o publicidad engañosa.

Lo que se esconde tras ciertas campañas…Rosas.

Logo-gris--2-trans-400
Sw. Veet Agustin

Compartido en Facebookpor:

Miguel Jara en 2016

El lobby negacionista de la contaminación electromagnética queda con el culo al aire

contaminacion_radioelectrica

El lobby negacionista de la contaminación electromagnética queda con el culo al aire

La Defensora del Pueblo de la Unión Europea ha reconocido un grave conflicto de interés de empresas de telecomunicaciones que consiguió evitar la prevención y el reconocimiento de la electrosensibilidad, el síndrome relacionado con la contaminación electromagnética. El lobby negacionista de este problema de salud pública al descubierto.

Las irregularidades se produjeron en el Comité Económico y Social Europeo (CESE), un órgano consultivo de la UE que a comienzos de 2015 hubo de votar la aprobación de un dictamen sobre la exposición a campos electromagnéticos (los creados por toda fuente eléctrica o de comunicaciones inalámbricas) y la electrosensibilidad.

La historia es la siguiente. La Sección de Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la Información (TEN), perteneciente al citado CESE, había elaborado un dictamen que recomendaba a los gobiernos europeos paliar la grave situación de marginación y precariedad en la que viven las personas afectadas por la contaminación electromagnética.

contaminacion_radioelectrica

Una comisión de estudio sobre el llamado Síndrome de Electro Hipersensibilidad (EHS) contrastó todas las pruebas científicas y reconoció entre ellas las que muestran efectos de los campos electromagnéticos en las personas electrohipersensibles.

El informe reconocía el incremento de la prevalencia de la EHS, así como los problemas que acarrea, en todos los órdenes -laboral, social y familiar- a quienes padecen el síndrome y enmarca la enfermedad como síndrome ambiental ligado a la exposición a los campos electromagnéticos.

Y en eso que apareció un contradictamen. Lo presenta un miembro del CESE con numerosos conflictos de interesés, Richard Adams, a menos de 24 horas de la aprobación y sin ningún proceso de estudio previo.

El texto de Adams niega la relación de los problemas de salud mencionados
con la exposición a la contaminación electromagnética, obviando la
cantidad de pruebas científicas sobre sus efectos biológicos.

Esta persona usa los argumentos negacionistas por lo
general esgrimidos por la industria interesada en que NO se reconozcan
los posibles efectos negativos de las tecnologías inalámbricas.

Al final, la votación fue negativa para el proyecto inicial gracias a
«la estrategia Adams». El contradictamen del «enviado» de las
operadoras de telefonía móvil y compañías eléctricas fue aprobado.

Ese trabajo niega la existencia de este síndrome y se apoya para ello en comités científicos muy cuestionados por su conflicto de intereses, como el SCENHIR (Scientific Committee on Emerging and Newly Identified Health Risks).

Pero ¿quién es Richard Adams que tanto poder ostenta? Un miembro del consejo de administración de Sustainability First, organización benéfica británica que promueve los contadores digitales o inteligentes que están poniendo ahora las compañías de electricidad y que utilizan radiofrecuencias para transmitir datos).

Esta organización benéfica está patrocinada por BEAMA, que representa a 300 empresas de electrotecnología y asegura tener una influencia significativa en el Reino Unido y en la política internacional. También por Cable & Wireless, Consumer Futuros, British Gas, EDF Energy, Elexon E-Meter (Siemens), EON Reino Unido, National Grid, Northern Powergrid, Ofgem
(el regulador del sector eléctrico británico), Scottish Power Energy
Networks y UK Power Networks (redes eléctricas británicas).

Adams también asesora al Consejo Ejecutivo de RWE AG. Ésta es una de las cinco compañías de electricidad y gas más importantes de Europa, la cual también está promoviendo los contadores digitales. Para ampliar la información podéis leer el informe completo sobre estos hechos realizado por los grupos europeos de afectados EHS y que trabajan contra la contaminación electromagnética.

En suma, Adams es un lobista. Ahora, la Defensora del Pueblo Europea reconoce y solicita subsanar el conflicto de interés que tan pernicioso ha sido para la salud pública en Europa. La Defensora reconoce la mala administración del CESE:

-Por

dejar a los miembros solo un día, e incluso menos tiempo, para examinar no una o varias enmiendas presentadas, sino una enmienda a la totalidad de un dictamen ya debatido y acordado en el seno de la sección, entraña el riesgo inherente de que los miembros no siempre tengan tiempo suficiente para examinar toda la información pertinente

-Al permitirse un conflicto de interés no declarado que afecta a «la transparencia» del proceso y socava la legitimidad del CESE como órgano representativo de diversos intereses de la sociedad de la Unión».

-Al realizarse la votación de una enmienda a la totalidad

sin actuar ni asumir ninguna responsabilidad en relación con este asunto», cuando debería «velar por que los distintos intereses de sus miembros sean pública y ampliamente conocidos (…)

Por consiguiente, la Defensora del Pueblo considera que la posición del CESE en este caso supuso el incumplimiento de la obligación de disponer de medidas para garantizar, en todos los casos, que el trabajo de sus miembros y de sus secciones se lleve a cabo de manera abierta y con transparencia

Por ello las más de 40 asociaciones de enfermos de electrosensibilidad y que trabajan contra la expansión de la contaminación electromagnética piden al CESE que el informe de Adams quede anulado.

También que el lobista del sector eléctrico y de las telecomunicaciones sea destituido de su función actual, ya que ahora es delegado externo de la Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales (CCMI) del CESE, es decir, continúa en la misma institución.

Urge realizar un nuevo dictamen sobre la hipersensibilidad electromagnética con la colaboración y participación de los médicos independientes, científicos y las organizaciones sociales europeas que trabajan en este asunto.

Las conclusiones que podemos sacar del caso son sobre todo dos:

-Cuando las personas se organizan, crean asociaciones y las coordinan bien su trabajo, más pronto que tarde, ofrece frutos. El reconocimiento de la Defensora del Pueblo es uno de ellos.

-Lo narrado nos muestra bien claro cómo hacen lobby las industrias negacionistas, usando herramientas como los conflictos de interés, por no citar otras como las «puertas giratorias», tan bien engrasadas en este ámbito.

¿…Ni mentira que cien años dure!

Logo-gris--2-trans-400
Sw. Veet Agustin

Compartido en Facebook  por:

Miguel Jara en 2016

La prueba PCR no sirve para detectar carga viral, y otras mentiras para una sociedad durmiente

pcr

La prueba PCR no sirve para detectar carga viral, y otras mentiras para una sociedad durmiente

Ser innovador lleva implícito un castigo social, un apartamiento, críticas, censura, el vacío y, en el caso más extremo, la muerte, porque supone salirse de unos raíles por los que transitamos tranquilos, incluso con los ojos cerrados, y suele haber variados intereses en que todo siga como está. Galileo es el arquetipo por excelencia de ese salirse de las normas, aunque sea a riesgo de amenaza de excomunión o incluso de perder la vida. No hay que olvidar la suerte que corrió la de Prisciliano, a quien Calvino le cortó la cabeza en Tréveris, o la de Miguel Servet, quemado en la hoguera por atreverse a decir que la sangre circulaba, o la del gran Giordano Bruno, que fue condenado por la osadía de sospechar que podía haber otros mundos habitados. Su estatua de bronce de tamaño descomunal, se yergue en el Campo de’Fiori, en Roma, para gloria y, a la vez, vergüenza de todos. ¡Cuánto dolor al echar la vista atrás, y cuánto dolor al ver nuestro presente! ¡Qué poco hemos cambiado! Sigue habiendo muchos Galileos y Giodanos en nuestro tiempo, viviendo en las catacumbas, con los cuales tenemos el mismo comportamiento “paleto”, cerrado, injusto, interesado e intolerante que antaño, de la mano, claro está, de los poderes fácticos, léase la ciencia, las instituciones, la política o los medios de comunicación al servicio de los anteriores. Los mártires de hoy se llaman Ryke Hamer, Max Gerson, Stanislav Burzynski, Andrew Wakefield, Ruth Drown, Linus Pauling, Nicola Tesla, Stanley Meyer, John Kancius y todo aquel que se atreva a discrepar de la corriente del momento. Excepto dos o tres nombres, he citado solo a científicos relacionados con la salud y, más en concreto, con la cura del cáncer y los efectos secundarios nocivos de algunas vacunas. Un tema intocable muy candente, sobre todo, a raíz de esta dichosa epidemia con la que no cesan de manipular y envenenar al personal. A la sociedad le falta adultez. Quizá tenemos demasiados juguetes y distracciones que nos alejan del verdadero crecimiento.

Los medios de comunicación, en mayor o menor medida, están al servicio del sistema, no solo los que el gobierno financia para que escondan sus múltiples y variadas corrupciones, ilegalidades y fechorías, sino los privados que, supuestamente, están en contra y defienden la legalidad. Es cierto que hay matices de discrepancia, pero todos caminan en fila india por la estrecha pauta de los raíles aludidos. En cuanto a la epidemia –que es lo básico en estos momentos—, la crítica al gobierno es sobre las cifras de muertos, que no cuadran, si van al funeral o no, si Illa parece un nosequé  o Simón es un hortera sin empatía que se fotografía con chupa de cuero y moto, al estilo Johnny Halliday en los sesenta.  Pero ni una palabra de lo esencial de la epidemia. No solo no critican el confinamiento, el uso de la mascarilla, la prohibición de abrazos o las pruebas PCR, sino que piden más, incluso la vacuna, y aplauden a los ciudadanos “buenos” que siguen las consignas de estos majaderos gobernantes, y nos llaman irresponsables e insolidarios a quienes, utilizando nuestro discernimiento nos atrevemos no solo a ir sin mascarilla y a dar abrazos, sino a dudar de absolutamente de todas sus consignas de muy, pero que muy dudoso origen y fin. No les he oído nunca cuestionar el uso del bozal, haciéndose eco de opiniones de profesionales de renombre. No les he oído poner en duda el uso de la mascarilla en espacios abiertos. No les he oído hablar de la inutilidad de la prueba PCR, el test más seguro, según la oficialidad. Es cierto que la PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) se lleva utilizando desde hace años para detectar la cantidad de presunto virus en los supuestos portadores. En el caso de la Covid-19, si la prueba detecta ARN del virus, el resultado es positivo, es decir, la persona está contagiada y, por tanto, debe someterse a confinamiento. En cambio, si la PCR no detecta el material genético del virus, la persona no está infectada. Esto es la teoría, que llevan a la práctica con el rango de sacramento. Sin embargo, cada vez es mayor el número de científicos que aseguran que la prueba no sirve, porque la PCR solo amplifica el ADN. Es más, el más acérrimo disidente a la prueba PCR es el propiopcr creador de la misma, Kary Mullis, doctor en bioquímica de la Universidad de Berkeley (California), por lo cual recibió el Premio Nobel de Química en 1993. Aseguró hasta la saciedad que la prueba de diagnóstico mediante PCR no sirve para medir cargas virales, porque lo que detecta es un fragmento del material genético de un patógeno o microorganismo, es decir, lo que los virólogos denominan  exosoma. Esto lo dejó plasmado en un libro que publicó con el virólogo Steven Lanka y en un congreso en Colombia dijo de viva voz que habría renunciado al Nobel si hubiera sabido el uso que se le iba a dar a su invento. De ahí la confusión difundida sobre los falsos positivos y los asintomáticos. Un asintomático, querido lector, es una persona sana. Sé que esto puede ir incluso contra la ley, en este caso, la ley del más fuerte, no del que tiene más razón.

Los políticos –a los que supuestamente no habíamos elegido para esto— son los grandes ejecutores de los poderes que mueven la Organización Mundial de la Salud, organismo corrupto donde los haya, y el gran pirómano bombero de esta epidemia-farsa, para hacerse con el poder global. Es la misma sociedad que en la antigüedad se arrodillaba ante los eclipses, de la mano del jefe de la tribu, quien se auto otorgaba el poder de crear tal prodigio por estar tocado por la mano de dios. Somos igual de crédulos, aunque manejemos tecnologías imposibles. Pero esta credulidad  es más llamativa en ciertos periodistas no adscritos al mal, que conociendo incluso algunos complots como el 11-M o las conspiraciones de las cloacas políticas, policiales y judiciales, no caigan en la cuenta de que hay que ir más allá de lo aparente para descubrir un hilo de verdad e ir hilvanando el ovillo.

En los años que llevo en el mundo, metiendo mis narices, muchas veces donde nadie me llama, y enterándome de cosas que mejor no quisiera saber, he podido comprobar que las tramas, las conspiraciones y los complots, para los cuales son necesarias las cloacas, funcionan en todos los órdenes y estamentos, y a todos los niveles, desde los concursos de mises al Premio Planeta, pasando por los Nobel o los Juegos Olímpicos. Cuanta más altura, mayor cloaca y, por tanto, mayor corrupción. Incluso las “santas” designaciones de obispos e incluso papas tienen su cloaca, y nada es por casualidad.

Las cloacas de la ciencia son nauseabundas y las de las publicaciones científicas lo mismo. Por eso, cuando se nos argumenta “según dice la ciencia” o “según los científicos”, hay que saber que se hace referencia a la ciencia adscrita al sistema, es decir, a los científicos que no han descubierto nada innovador que pueda poner en peligro las viejas estructuras, aunque suponga un beneficio para la humanidad. Muchas veces se refiere a aquellos que han comprado el figureo de su nombre, su prestigio y su popularidad. Por ejemplo, los partidarios de la red 5G, los enemigos del MMS, de las cámaras hiperbáricas o de la tecnología GDV como método de diagnóstico, o los que están cerrados a cualquier investigación sobre el cáncer fuera de los protocolos de la medicina alopática.

Cuento esta anécdota para terminar. Hace unos días recibí un mensaje de wasap con el siguiente texto escrito en mayúsculas: “Amigo o conocido: si llegas a ser diagnosticado como positivo de la Covid-19 y nos hemos visto en los últimos quince días, por favor, avísame, no para juzgarte sino para estar pendiente de mi salud y la de mis seres queridos. Mil gracias. Te invito a compartir. Es una forma de cortar la línea de contagio. Esta sí es una cadena que vale la pena difundir. Esto es muy importante”. Esto sí que es ser un buen corderito dispuesto para el matadero. Por supuesto, no lo compartí, pero me tomé el trabajo de contestarle, aunque apuesto que lo borró antes de acabar de leerlo. O no, porque nunca se sabe cuándo está abierta la rendija del despertar y, de pronto, encaja la pieza en quien menos esperamos. Esta fue mi respuesta, políticamente incorrecta y absolutamente contracorriente: “Si estás contagiado, no me avises ni digas que has estado conmigo. No quiero ser controlada y mucho menos que me diagnostiquen con la PCR en la que no creo. Mi punto de mira está en la salud, no en la enfermedad. Por tanto, no quiero entrar en el bucle nefasto del rebaño. En lugar de estar tan preocupados y atemorizados, ocupémonos de llevar una alimentación sana para mantener fuerte nuestro sistema inmunitario, hacer ejercicio, respirar aire puro, evitar la crítica y los juicios, los pensamientos y las emociones tóxicas, jugar con los niños y las mascotas, compartir con familia y amigos, oración, meditación, música, arte, risas, baile, buena lectura… Todo ello refuerza nuestras defensas, nos da paz y, además, influye de manera positiva en el inconsciente colectivo. Es mi receta, que escribo especialmente para ti, por si te sirve. Si eres mi amigo, gracias por permitirme seguir en el anonimato”.

No creo que i mensaje se haya hecho viral, pero seguro que alguien se interesó por saber algo más sobre la PCR y su creador Kary Mullis. Por cierto, falleció en agosto pasado, he leído que de neumonía. Raro, raro, raro. Si viviera, no pararía de sacarles los colores, tanto a la OMS como al resto de defensores de las pruebas PCR y a los inventores de los “asintomáticos”. Su partida fue muy oportuna. Es una de las muertes que tengo pendientes de investigar, igual que la de René Quinton, el gran descubridor de las propiedades sin límite del agua de mar, del que desconocía hasta hace unos días que había tenido una muerte sospechosa. No ganamos para sorpresas. Pero así es este mundo, en manos de los peores elementos de la especie humana. Toca ir con la lamparita en medio de la noche tormentosa llevando un poco de luz, con mucho cuidado de que el soplido del dragón no la apague. Un millón de bendiciones a los guerreros de la resistencia. No importa que no nos conozcamos. Todo es vibración, y nada se pierde. Cada pensamiento o acción buena encuentra su lugar en el inmenso campo cuántico.

 

Más datos sobre la farsa plandemia.

Logo-gris--2-trans-400
Sw. Veet Agustin

Compartido en Facebook por:

Periodista digital

La industria de EE.UU. ocultó en los 70 los perjuicios del azúcar para la salud

azucar

La industria de EE.UU. ocultó en los 70 los perjuicios del azúcar para la salud

La industria azucarera internacional conocía desde 1950 los efectos nocivos que el azúcar tiene en la salud dental, pero influyó decisivamente para que los programas públicos de salud no promovieran la reducción del consumo de ese producto, sino que investigaran soluciones científicas para contrarrestar esos efectos.

azucar

Así se desprende de un conjunto de documentos de entre 1959 y 1971, básicamente correspondencia interna de una treintena de empresas del sector asociadas, que ahora han sido analizados por varios investigadores de la Universidad de California San Francisco. El estudio analiza sobre todo la complicidad histórica entre el lobby de EE.UU. del azúcar y el programa contra la caries lanzado por la Administración estadounidense en el año 1971.

«Fueron tácticas llamativamente similares a las que hemos visto en la industria del tabaco en la misma era», afirma Stanton Glantz, uno de los tres firmantes del estudio publicado recientemente en la revista científica PLOS Medicine.

Las acusaciones realizadas en su día contra las grandes tabacaleras de haber conocido desde hacía años las dañinas consecuencias del tabaco llevaron a indemnizaciones millonarias en la década de 1990 a personas que desarrollaron cáncer y otras enfermedades debido al hábito de fumar. Aquellos acuerdos judiciales de las tabacaleras con cada uno de los estados de EE.UU. y con el Departamento de Justicia estadounidense fueron todo un hito sobre el precio a pagar por ocultación de efectos nocivos. La nueva revelación también podría desembocar en demandas.

«Nuestros hallazgos son un despertador para los responsables gubernamentales encargados de proteger la salud pública y para las entidades activistas en favor de ella, de modo que entiendan que el sector del azúcar, como el del tabaco, busca proteger sus beneficios frente a esa salud pública», dice Glantz en el artículo de PLOS Medicine.

La investigación analiza 319 documentos –un total de 1.551 páginas– que pertenecieron a Roger Adams, un profesor emérito de química orgánica que trabajó para la Sugar Research Foundation y también asesoró a la International Sugar Research Foundation. A su muerte los llamados «papeles de Adams» pasaron como legado a la Universidad de Illinois y ahora han sido investigados.

Fomentó planes de salud

De acuerdo con toda esa documentación, al menos ya en 1950 estaba asentado internamente que la ingesta de azúcar podía provocar caries. Pero en lugar de promover políticas públicas que llevaron a una reducción del consumo, dirigidas a la población en general o concentrada en algún grupo de edad, como es el caso de niños y adolescentes, la industria azucarera fomentó que los planes de salud se dirigieran a limitar el impacto. Así, se aportaron fondos para investigación sobre enzimas que rompen la placa dental y para el desarrollo de una vacuna contra la caries.

Durante las décadas de 1960 y 1970, la Sugar Research Foundation estrechó su relación con el National Institute of Dental Research de Estados Unidos, sobre cuyas políticas influyó decisivamente. En 1969 ese instituto estatal indicó que aunque concentrarse en la disminución del consumo de azúcar era «teóricamente posible», no era un planteamiento práctico como medida de salud pública. En 1971 llegó a incorporar en sus recomendaciones para el Programa Nacional contra la Caries hasta el 78 por ciento del contenido del informe aportado por la fundación patronal.

Según Cristin Keams, otro de los tres autores que han analizado los «papeles de Adams», «la comunidad dental siempre ha sabido que prevenir la caries requiere restringir la toma de azúcar. Es decepcionante darse cuenta de que las políticas que hoy estamos debatiendo podían haberse implantado hace más de cuarenta años».

Los autores también advierten que la actual posición del sector sigue siendo que los asuntos de salud pública relacionados con el azúcar deberían concentrarse en el uso de pasta dentífrica de fluoruro, empastes y otras maneras de reducir la afectación sobre el diente, en lugar de limitar el consumo.

Como recomendación apuntan que no se permita a las compañías azucareras que bloqueen iniciativas que se están adoptando internacionalmente, como la promovida por la Organización Mundial de la Salud, que aconseja reducir el azúcar a menos del 10 por ciento de la toma diaria de calorías.

Para Laura Schmidt, autora también del estudio, «existe una clara evidencia que ahora vincula el exceso en el consumo de azúcar con enfermedades cardiacas, diabetes y dolencias que afectan al hígado, además de la caries». «Los tiempos claramente han cambiado, pero todo esto nos aporta una gran lección sobre lo que ocurre si no somos cuidadosos en mantener la integridad científica», dijo sobre la connivencia histórica vista entre el sector productor de azúcar y los responsables de salud de Estados Unidos.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. estiman que más de la mitad de los niños y adolescentes estadounidenses tiene cavidades en sus dientes adultos, y que el 15,6 por ciento de quienes tienen entre 6 y 19 años tienen caries que no son tratadas y que pueden conducir a la pérdida de dientes, infecciones y abscesos.

Como las tabacaleras, como las de telefonía móvil.

Logo-gris--2-trans-400
Sw. Veet Agustin

Compartido en Facebook  por:

Abc

10/03/2015

Ahora se producirá en cantidad: Spectrolab presenta primera muestra de dióxido de cloro

mms

Ahora se producirá en cantidad: Spectrolab presenta primera muestra de dióxido de cloro

mms

El Laboratorio Spectrolab, presentó de forma oficial y bajo los más estrictos parámetros de calidad la primera muestra de dióxido de cloro, compuesto que será distribuido por el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO), en primera instancia a los centros de salud, luego al personal médico, policías y militares y posteriormente a la población. Se anticipó que mañana ya se contará con un lote importante de este químico.

El convenio suscrito entre la Universidad Técnica de Oruro (UTO) y el Municipio, esta jornada rindió frutos, pues de forma oficial se presentó ante la comunidad médico científica de la ciudad y los medios de comunicación, la primera muestra de la también denominada “solución mineral milagrosa”.

Se presentó la solución madre de 300 PPM (Partes por millón) y dos soluciones A y B, trabajadas por el idóneo personal de este prestigioso laboratorio, poseedor de una serie de instituciones nacionales e internacionales.

El dióxido de cloro, consta de ácido clorhídrico al 4 por ciento y clorito de sodio al 28 por ciento, que debe ser dosificada con agua, tomando en cuenta normas técnicas avaladas con criterio médico.

La gerente de Spectrolab, Ing. Rosario Mena de Bascopé, un brazo científico autosostenible de la UTO, se mostró contenta y satisfecha por el producto logrado, tomando en cuenta que varias familias orureñas quedaron destruidas por la pérdida de sus seres queridos a consecuencia del Covid-19.

El alcalde, Lic. Saúl Aguilar Torrico, señaló que se debe tener mucha fe en Dios para salir de esta crisis, ratificando el compromiso con Oruro, pues en próximos días se procederá con la distribución de este compuesto, bajo la certificación de la UTO.

Se conoce que este compuesto químico de carácter antimicrobiano es utilizado para el tratamiento del autismo, SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), cáncer, malaria, herpes, asma, diabetes, entre otros.

¡SALUD!

Logo-gris--2-trans-400
Sw. Veet Agustin

Compartido en Facebook  por:

Gamoruro 08-07-2020

El uso de Mascarillas en Cataluña -o donde sea

mascara

El uso de Mascarillas en Cataluña -o donde sea

Del «necesitamos generar mucho estrés social» al mascarilla para todo.

El 9 de julio de 2020, después de unos cuantos días de estresar y desinformar a la población, el Gobierno de Cataluña ha decidido dar una vuelta de tuerca más contra los ciudadanos con la imposición de las mascarillas.

En primer lugar vaya por delante que el Tribunal Supremo no ha resuelto el pleito que iniciamos el 25 de mayo. Parece que a los políticos y sus cuñados los jueces, les importan uy poco las garantías constitucionales, los derechos fundamentales y las libertades civiles, en un modelo de estado de DICTADURA DE CONSENSO». Los políticos mandan, los jueces protegen y los ciudadanos obedecen.

 

mascara

Bueno, pues desde el 25 de mayo a pesar de ser un imperativo, nadie ha justificado con ningún informe que las mascarillas sirvan para algo más que para estresar a la población. Ni un solo documento científico, ni técnico, ni médico, ni económico. Nada ha presentado la administración ni antes de obligar al uso de las mascarillas, ni después.

Presentados cuatro folios de redacción previa sin más, pedimos

AL TRIBUNAL SUPREMO que se ampliase el expediente con alguna explicación por mínima que fuese que justificase la medida de humillación de la población. NADA. NO PRESENTARON NADA, y a los Darth Vader del Supremo ni les va ni les viene.

CUENTA TU HISTORIA Y APOYA ESTA CAUSA

Dice la norma catalana lo que sigue:

Tampoco se modifica el régimen de exenciones, por razones personales y de la naturaleza de la actividad, de la obligatoriedad del uso de mascarilla establecido en el apartado 2.2.2 de la Resolución SLT/1429/2020, de 18 de junio, por la que se adoptan medidas básicas de protección y organizativas para prevenir el riesgo de transmisión y favorecer la contención de la infección por SARS-CoV-2, y en el apartado 3.2.4 de la Resolución SLT/1608/2020, de 4 de julio, por la que se adoptan medidas especiales en materia de salud pública para la contención del brote epidémico de la pandemia de COVID-19 en la comarca del Segrià.

Y dice la norma para confusión de todos:

2. La obligación contenida en el apartado anterior no será exigible

para las personas que presenten algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por la utilización de la mascarilla

O

que, por su situación de discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para quitarse la mascarilla

O

bien presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización.

Tampoco será exigible en el caso de ejercicio físico deportivo al aire libre ni en los supuestos de fuerza mayor o situación de necesidad

O

cuando por la propia naturaleza de las actividades el uso de la mascarilla resulte incompatible, de acuerdo con las indicaciones de las autoridades sanitarias.

El Tribunal Supremo, los «fitipaldis» de la justicia española, los «superlopez» de la equidaz, resuelven las medidas cautelarísimas en junio de 2020 con esta perla:

Sin embargo, el recurrente no justifica que en su situación personal, (no es cierto) y habida cuenta del ámbito de excepciones a la obligación de utilizar la mascarilla, que regular el art. 2.2 de la Orden recurrida (dificultad respiratoria, contraindicación por razones de salud, discapacidad o dependencia, etc.), (no) concurra situación de urgencia perentoria que haga imprescindible adoptar la medida cautelar sin audiencia de la parte contraria.

Es decir, que existiendo tantas garantías formales, no es necesario hacer nada…
Quienes visten los juzgados como si fuesen laboratorios de biotecnología en el tercer mundo, no solo no saben por qué lo hacen sino que además no les importa.

Visto lo que dice el Tribunal Supremo y el silencio del Defensor del Pueblo -que debe estar de vacaciones- y del Tribunal Constitucional -que debe cobrar poco-, la utilización de las mascarillas no solo es inútil sino que la norma es ineficaz.

CUENTA TU HISTORIA Y APOYA ESTA CAUSA

Yo no uso mascarilla porque:

1) Tengo dificultad respiratoria que se ve agravada por el uso. No respiro bien y cuando me pongo la mascarilla respiro peor.

2) Tengo alteraciones de conducta que hacen imposible que use la mascarilla. Me pongo muy nervioso.

3) Al aire libre, mi ejercicio es caminar por lo que no uso mascarilla al aire libre.

4) Hay una situación de necesidad de respirar aire fresco, por lo que hay situación de necesidad evidente.

PRIMERO: El problema viene cuando tenemos que usar un transporte público o entrar en un establecimiento privado, ya que son los trabajadores de esos lugares, quienes están obligados a coaccionar a la población en el uso de mascarillas.

SOLUCIÓN: NO entren en ningún lugar que exija mascarilla y vayan al departamento de consumo de su comunidad autónoma a presentar una reclamación contra el medio de transporte o establecimiento que le haya coaccionado.

SEGUNDO: El problema viene cuando el ciudadano pide un certificado médico que le libre de la mascarilla y el médico se lo niega porque «no existe protocolo» o porque tenemos instrucciones»de arriba».

SOLUCIÓN: Presente reclamación ante atención al paciente y quédese con copia por supuesto. Siempre hay que quedarse con copia.

TERCERO: La policía nos llama la atención y nos dice que nos va a multar. Le explicamos nuestros derechos, pero ni caso oiga.

SOLUCIÓN: Recibimos con una sonrisa la papeleta de multa y contactamos para recurrirla.

Contacta con nosotros si necesitas ayuda (Whatsapp o Telegram 638066343).
Si no te defiendes no hay nada que hacer.

Si la situación te enoja, te pone triste o te desespera, estás perdido porque eso es precisamente lo que quieren

CUENTA TU HISTORIA Y APOYA ESTA CAUSA

Si estuviera verdaderamente preocupada verdaderamente…

salud-comidas

Si estuviera verdaderamente preocupada verdaderamente…

Si la Organización Mundial de la Salud estuviera preocupada verdaderamente por nuestra SALUD, entonces estaría emitiendo todo el día consejos por televisión para fortalecer nuestro sistema inmune y combatir no solo el coronavirus, por ejemplo sobre lo peligroso que son los transgénicos, flúor, aspartamo, glutamato, vacunas con mercurio o aluminio, ondas 5G y pesticidas en verduras, o también pondrían prohibir definitivamente el tabaco… pero bueno, se me olvidaba que la oms es financiada precisamente por las empresas que venden estos productos, Bayer, Roche, Marlboro, Monsanto, Coca Cola, fundación Bill Gate, entre otras, que son también las mismas multinacionales que controlan los medios de comunicación, entre ellos trabajan mano a mano, con una te dan el veneno, con la otra mano TE VAN A INYECTAR UNA VACUNA, ese es su único objetivo,
Su filosofía es «paciente que Sana, cliente que pierdo.» entonces, ¿en serio piensas que a la OMS le importa tu salud? OMS = Organización Mundial Satánica.

salud-comidas

Copio y pego una reflexión de una compañera que comparto. No tanto la imagen que la acompañaba por eso añado otra.

¿En serio piensas que a la OMS le importa tu salud?

Logo-gris--2-trans-400
Sw. Veet Agustin

Compartido en Facebook por:

Carlos Casal Pardo