¡¡¡Evolucionar duele!!!

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No pienses que despertar es hacer “clic” y cambiar de canal. De hecho es eso, pero hacer ese clic tiene muchas consecuencias. No creas que vas a escuchar ángeles, pajaritos y mariposas volando a tu alrededor. Nada de eso.
La verdad es que perderás amigos, no por nada malo en específico, te darás cuenta de que ya no «vibran» en la misma frecuencia. Esto te pasará con familia, en el trabajo, en la universidad, a donde sea que vayas. La distancia será inevitable, no vas a entender que te pasa y buscaras los momentos de soledad para reflexionar y para pensar sobre tu nueva forma de ver todo. Comenzarás a llevar más consciencia a tus actos, más vida, más frescura. Te vas a entregar más al momento presente, te sentirás más conectada contigo y eso te hará darte cuenta de los errores que has venido cometiendo. Investigando tu parte íntima, tu interior, te darás cuenta de que tal vez sientes envidia y no lo imaginabas, tal vez sientes mucho enojo y no lo habías observado, tal vez tienes mucho resentimiento del pasado y solo hasta ahora puedes verlo. Te darás cuenta de que tú negaste tus aspectos negativos y ahora ellos tomaron el control, te darás cuenta de que solo estuviste escondiendo bajo la alfombra algo que debes limpiar en ti.
La auto-observación es un proceso muy doloroso para la mente que sería incapaz de ofenderse así misma, diciéndose envidiosa, odiosa, cobarde o desconfiada. Pero una vez que lo asumes, todo cambia. De hecho, nos reencarnamos por no reconocernos, por no despertar. Es normal sentirse mal, triste o sola… Busca libros, videos, información nueva que te permita fortalecer esta fase de tu vida. Después te comenzarás a sentir atraída a lugares y actividades que jamás habrías imaginado. Podrás conocer personas que jamás imaginaste conocer.
Y todo eso te hará feliz.
Te darás cuenta como todo comienza a encajar, como todo está conectado. Crecerás y comenzarás a ser mejor persona para ti y para los demás. El universo te contesta y tu existencia toma otro ritmo, otra fragancia…
Entonces se acaban los momentos de pedir y llegan los momentos de agradecer.

¡Ahí has trascendido!