La soledad consciente

soledad

Quien puede estar solo, se acerca a la comprensión de la Unidad. Comprender el miedo que sentimos a la soledad, originada en la ignorancia y des-atención de nosotros mismos, es trascenderlo. Y solo así nuestra presencia entre los otros, puede ser una señal para ellos, pues irradiaremos la luz de esa comprensión y aprenderemos a “escuchar”, sin miedo, abiertamente, en medio del ruido y el desorden de la vida cotidiana… La soledad se convierte en una oportunidad de encuentro interior para cada uno de nosotros con lo que verdaderamente somos, y esta es la razón por la cual la mayoría de los hombres le teme, y la disfraza con otras cosas mintiéndose, y mintiendo a los demás. No hemos sido educados en este sentido para estar solos y el miedo a mirar hacia el interior de nosotros mismos, el miedo a ese encuentro interno con el «vacío interior» hace que nos llenemos de ideas erradas de lo que somos con las cuales nos auto-engañamos.

Instintivamente los hombres prefieren el ruido y la compañía de otros, para mantener la comodidad de lo que es el sueño de su vida. Sin embargo, en el interior de cada uno vive latente la posibilidad de un despertar, de un desarrollo real, de un «cambio de sí» y de esta forma se puede hablar de una “necesaria soledad”. Uno debe estar solo frente a su propio cambio, nadie puede llegar a hacer lo que cada uno debe hacer para sí mismo. La soledad mirada de cierta manera, es una necesidad indispensable para el desarrollo del “ser”, una condición interior que también debe darse en medio de los otros, en el tumulto, en la vida misma. Es una posibilidad que disfrazada de dolor, miedo, incertidumbre, por la ignorancia y la des-atención de nosotros mismos, puede mostrarnos nuestro verdadero destino y nuestro “lugar” en la vida, para estar presente en ella, pero sin pertenecerle.

Marcel Ossandón N