La meditación es silencio, el silencio es meditación

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La meditación es silencio, el silencio es meditación

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Cuando se paran los movimientos de la mente, cuando el parloteo deja su lugar a la inspiración, nace el silencio.
El silencio es inspiración.
El zazen es silencio, el silencio es concentración.
Los hombres mundanos van detrás de sus pasiones.
En el cojín, sentados, los sabios acompasan su respiración.
La paz es silencio, el silencio es meditación.
La danza de los derviches es silencio.
El sufismo es la quietud que emerge en los corazones de los enamorados de Dios.
Así el hombre calla, no puede haber dos.
El Uno es silencio, la palabra surge del Amor.
El Amor por tanto nace del silencio.
Amor es meditación.
La contemplación es silencio, el silencio busca a Dios.
Las lágrimas emergen cuando el peregrino rompe su espejismo y trasciende la ilusión. Cuando la sabiduría emerge, solo queda el alma enamorada del amor.
Dios se revela en el silencio, el silencio es meditación.
La majestuosidad el desierto es serena.
En su jaula revolotea el ruiseñor.
Después llega la noche y los grillos cantan su oración mientras los sabios rezan.
El silencio es oración, por tanto la oración es meditación.
El almuédano canta en la mezquita, su letanía despierta la devoción.
Gritando pide silencio, el silencio es el recuerdo de Dios.
La meditación es silencio, los gritos nacen del amor.
El amor es silencio, el silencio meditación.
La humildad es Amor, el Amor sabiduría, la sabiduría recogimiento, el recogimiento meditación.
Así la humildad es silencio y del silencio surge la revelación.
Solo estando en silencio se puede escuchar la voz de Dios.
Su tono es la melodía del firmamento, una semilla del amor.
El amor es la Palabra, el mantra de nuestra meditación.
El hombre medita para entrar voluntariamente en el gran silencio antes de que la muerte nos sorprenda en nuestra labor.
Todo bajo el cielo ha nacido del silencio. En el silencio no hay temor.
El temor viene del ego, el ego es lo contrario de Dios.
La meditación derrota al ego. La meditación es el viaje hasta el Señor.
 
Diwan de los Pobres de Dios

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Sw. Veet Agustin

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La Taberna del Derviche

The Experience — The OSHO International Meditation Resort

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The Experience — The OSHO International Meditation Resort

Bienvenidos al CENTRO INTERNACIONAL DE MEDITACIÓN OSHO, situado en Pune, India.
Esta película – «The Experience», destaca la belleza del campus, las ofertas disponibles para los participantes – y más… en el intercambio espontáneo de cuatro individuos y sus experiencias únicas.

«Este lugar es un lugar nuevo. No es un sitio tradicional, no es un subproducto del pasado, es una semilla para el futuro y una fuente». Osho

5 formas de encontrar el silencio en el caos

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5 formas de encontrar el silencio en el caos

Para disfrutar de este bálsamo interior que nos permite bajar revoluciones no es necesario hacer un retiro de una semana ni formar parte de una comunidad zen.

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En nuestra vida diaria tenemos muchas oportunidades de convocar el “noble silencio” del que hablaba Buda. Veamos algunas de ellas.

1. Crea pequeños oasis de silencio

Para no agotar nuestra atención, que se fatiga al saltar de estímulo en estímulo, es importante encontrar espacios de serenidad, aunque sean breves.

El primero puede ser a la hora del desayuno, del que podemos disfrutar sin sumergirnos aún en el ruido del mundo. En lugar de conectarnos a los dispositivos, aprovecha para planear el día con calma.

A lo largo de la jornada, puedes introducir breves pausas –aunque sean de cinco minutos– para entrecerrar los ojos y conectar con tu silencio interior.

2. Practica la escucha total

Acallar las palabras y la mente es especialmente valioso cuando alguien está hablando.

Aunque no interrumpan a su interlocutor, la mayoría de las personas elaboran mentalmente juicios o preparan incluso aquello que dirán cuando la otra persona termine lo que está diciendo. Por lo tanto, no están escuchando.

Un buen ejercicio para practicar el silencio es estar presente al cien por cien en lo que dice el otro, sin introducir ninguna clase de idea, valoración o reacción.

Por supuesto, mirar el móvil durante una conversación tampoco es escuchar.

3. Busca momentos de mindfulness

No necesitas un aula ni un maestro para esta práctica ancestral. Basta con sentarse en una silla, con la espalda recta, entornar los ojos y dedicar unos minutos a recobrar el silencio interior.

Para ello, es útil poner el foco únicamente en el aire que entra y sale por las fosas nasales mientras se respira lentamente.

El mindfulness también se puede vivir en movimiento, por ejemplo, al caminar hacia el trabajo. Se trata de ser conscientes de cada paso que damos, de nuestro peso en la tierra, sin prestar atención a nada más.

También te puede interesar leer: ¿Que es meditación?

4. Descubre retiros urbanos

En medio del ajetreo del día a día existen momentos y lugares que invitan al encuentro con uno mismo.

Entrar en una iglesia durante la pausa del mediodía es un buen ejercicio de descompresión. Aunque no seamos creyentes, sentarse un rato en la penumbra para disfrutar del silencio del templo es una buena cura para las estridencias y aceleración de la vida moderna.

Otros lugares adecuados para un retiro urbano serían un parque donde hacer un receso, o incluso una plaza tranquila que cuente con un banco para descansar el cuerpo y la mente.

5. Establece una dieta digital

Fija un horario –como mínimo, dos horas antes de acostarte– en el que todos los aparatos conectados a las redes deben quedar silenciados hasta el día siguiente.

Eso te permitirá cenar sin estar pendiente del móvil, así como leer o charlar con tu familia, si vives con ella, o reflexionar sobre lo que ha dado de sí el día.

Este espacio “analógico” puede servir para lavar los platos en silencio o hacer cualquier tarea sencilla que te relaje, sin tener que atender a las demandas del mundo exterior.

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Cuerpo mente

Finalmente la ciencia confirma que la meditación transforma (para bien) el cerebro humano

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Finalmente la ciencia confirma que la meditación transforma (para bien) el cerebro humano

Después de una experiencia de 20 años que comenzó como una simple clase de yoga, la neurocientífica Sara Lazar indagó sobre los efectos de la meditación en el cerebro humano, y los resultados son tan contundentes como sorprendentes

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Quienes se han iniciado en la práctica de la meditación y la han incoporado metódicamente como parte de su vida saben que hay aspectos de su pensamiento, de las decisiones que toman y, en suma, de forma en que se sitúan y viven la realidad, que caben en la dicotomía antes/después. La atención, la concentración, la conciencia del presente y otras habilidades cognitivas afines se ejercen de manera distinta antes y después de haber hecho de la meditación un hábito sostenido.

Esto, como decimos, podría corroborarse con el testimonio de las personas que meditan, sin embargo, quizá algunos escépticos considerarían dichas pruebas mero empirismo discursivo y exigirían evidencia más contundente.

Es posible que esa haya sido la postura de Sara Lazar al respecto. Lazar labora actualmente en el Hospital General de Massachusetts y en la Escuela de Medicina de Harvard, en donde ejerce y enseña como neurocientífica. Como otros, la doctora también tenía ciertas reservas hacia los beneficios de la meditación que se pregonan con tanto fervor. Un día, sin embargo, mientras se entrenaba para el maratón de Boston y como consecuencia de una recomendación médica para tratar una lesión propia de corredores, Lazar comenzó a tomar clases de yoga, un poco como parte de la tendencia contemporánea de popularización de dicha disciplina.

La doctora solo acudió porque su médico le aconsejó ganar flexibilidad muscular, pero aun así tuvo que escuchar el entusiasta discurso de su instructor, quien le aseguró que el yoga la volvería más compasiva y le haría abrir su corazón. Y ella, que al principio era incrédula, poco a poco notó que, en efecto, estaba más calmada, podía enfrentar situaciones complejas con cierta facilidad y, por último, se había cumplido lo dicho por el instructor: notaba mayor compasión en su vida diaria, además de cierta inclinación por dar cabida a puntos de vista distintos al suyo.

Su curiosidad de científica le llevó a investigar estos efectos del yoga con el rigor de su formación y los recursos al alcance. Además de encontrarse con abundante literatura al respecto ―estudios que, por ejemplo, indagan sobre el uso terapéutico de la meditación en casos de estrés, depresión, insomnio, angustia y otros padecimientos mentales y psicosomáticos– Lazar emprendió sus propios experimentos de laboratorio, también como parte de su investigación posdoctoral, inicialmente en biología molecular pero que viró hacia la neurociencia por su experiencia con el yoga.

En principio, la doctora examinó la materia gris de dos grupos de personas: uno integrado por hombres y mujeres que han meditado buena parte de su vida y, por otro lado, un grupo de control con personas que no practicaban la meditación ni algún otro ejercicio afín. Entre otros resultados, Lazar y su equipo encontraron que dicho componente era mayor en el primer grupo, particularmente en el córtex frontal (asociado con la memoria y la toma de decisiones) pero, en especial, en el córtex sensorial, la ínsula y regiones relacionadas con la audición. “Lo cual tiene sentido”, explica la doctora, “cuando estás más consciente pones atención a tu respiración, a los sonidos, a la experiencia del momento presente, y apagas la cognición: es lógico que los sentidos mejoren”. En el caso del córtex prefrontal y su vínculo con la memoria, Lazar también encontró que la materia gris presente ahí en personas de 50 años que meditaban era equivalente al de una persona sana de 25 años.

En este punto, para no creer que la meditación era una panacea, la investigadora se preguntó si quizá las personas del grupo de meditadores no tenían ya más materia gris antes de practicar la meditación. Para responder, armó otro experimento en el que un grupo de control sería comparado con otro de personas que nunca antes habían meditado y que durante 8 semanas, por 40 minutos al día, participarían en un programa de atención plena (mindfulness) orientado a reducir el estrés.

Para sorpresa de ella misma, incluso en un período tan breve, el cerebro de las personas en ese segundo grupo tuvo cambios significativos en cuatro regiones:

La corteza cingulada posterior, asociada con la divagación y la importancia de sí.

El lado derecho del hipocampo, asociado con el aprendizaje, la cognición, la memoria y la regulación de las emociones.

La juntura temporoparietal, en donde se procesan la toma de perspectiva, la empatía y la compasión.

El puente troncoencefálico, en donde se produce una buena cantidad de los neurotransmisores con los que funciona nuestro cerebro.

La amígdala, que algunos consideran fuera del cerebro, también se redujo como consecuencia de la meditación, lo cual se ha relacionado con la disminución de emociones como la angustia, el miedo y la tensión.

La curiosidad de Lazar la llevó a encontrar por sí misma el soporte científico de un conocimiento que se tiene sobre todo por experiencia personal. Y como ella misma dice, no es que la meditación sea una panacea que nos sirve para remediar todos los males que pudiera desarrollar nuestro cuerpo sino más bien que, como toda disciplina saludable, como el ejercicio físico e incluso el examen metódico del yo, aporta sus propios beneficios en esa consolidación del equilibrio a veces precario que necesitamos para vivir con mente sana en cuerpo sano.

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Pijama surf

La meditación como método para mejorar el rendimiento escolar

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La meditación como método para mejorar el rendimiento escolar

Vivimos en una sociedad gobernada por la prisa y el estrés. Constantemente conectados, nos encontramos bombardeados con información que, en lugar de darnos tranquilidad de estar al día, nos provocan desazón y sensación de que no llegamos a todo.

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Este ritmo vertiginoso, no solo nos afecta a los adultos, también arrastra a nuestros hijos que se ven forzados a una vorágine de obligaciones en el colegio, actividades extraescolares y ‘exposiciones sociales’ (a través de sus redes sociales) en las que lo importante es el resultado que obtienen más que lo bien que se encuentran. Respecto a la educación, el sistema no ayuda.

El foco está en los resultados académicos que son medidos al milímetro. Exámenes, deberes, notas, actividades extraescolares con los que pretendemos ayudar a formar mejor a nuestros hijos. Pero parece que no funciona.

España, líder en fracaso escolar

Según Eurostat, España es líder de la Unión Europea en fracaso escolar, donde el 20% de los jóvenes entre 18 y 24 años abandona sin haber terminado sus estudios de secundaria. Y donde el comportamiento con respecto a sus compañeros de clase también deja mucho que desear. Desde las peleas de grupos de niños de ‘las Bullas de Lugo’ donde no solo practican la violencia los que se pelean sino también los que las aplauden, hasta las aulas donde el acoso escolar es cada día más frecuente. Así, en 2016, casi uno de cada 10 niños denunciaron haber sido víctimas de bullying en España según un estudio de Save the Children.
La forma más habitual de mantener la disciplina ha sido el castigo, separándolos del grupo, dándoles más tareas, quitándoles el recreo. Diversos estudios demuestran que el castigo, no solo genera resentimiento del alumno hacia el profesor, sino que tampoco logra cambiar el comportamiento.
Entonces es cuando nos preguntamos, qué más podemos hacer. Tal vez sea cuestión de buscar el equilibrio. Compensar el ritmo externo con la paz interna. Así suena muy filosófico y poco práctico si piensas que en una clase un profesor tiene que liderar a 30 niños con personalidades y necesidades diferentes.

¿Qué se hace en otros sitios? ¿Hay modelos que funcionan?

Bueno, en una escuela de Baltimore, en Maryland (Estados Unidos) han cambiado el enfoque. Se han acabado los castigos. En lugar de enviarles al despacho del director, quedarse sin recreo o mirando a la pared, los alumnos con mal comportamiento son invitados a meditar en el Mindful Moment Room. En esta habitación, que invita a relajarse con luces tenues y cojines, los niños practican la respiración profunda. En estas sesiones, realizan ejercicios de respiración consciente y, a su vez, los profesores fomentan que hablen sobre su comportamiento y les enseñan a resolver conflictos pacíficamente.

 A partir de la preparación de los profesores y la implementación de la meditación como asignatura transversal en la escuela, los resultados han sido impresionantes. Los castigos han desaparecido y no ha habido más suspensos. Los alumnos han aprendido a mejorar su capacidad de concentración, reducir el estrés y manejar sus sentimientos y las frustraciones.
Pero este no es un hecho aislado, existen organizaciones que transforman colegios en todo el mundo a través de técnicas de ‘Mindfulness’ con un alcance de más de 750.000 alumnos. Como resultado, niños más centrados, más empáticos y mejores personas.
Ya lo dicen grandes maestros como Deepak Chopra, «la meditación construye la confianza al aumentar la autoestima, fomenta la creatividad y favorece el buen descanso y la conexión con nuestro ser interior».
No parece difícil implementarlo. Y probarlo no tiene consecuencias negativas. Si queremos niños fuertes, sanos y mejores con el mundo exterior, tenemos que ayudarles primero a estar tranquilos consigo mismos.
Además, a nosotros tampoco nos vendría mal acompañarlos en este descubrimiento.

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Periódico el mundo

Meditar es sencillo, lo difícil es querer meditar

Meditar es sencillo, lo difícil es querer meditar

Para superar la ansiedad, el estrés, la tristeza necesitamos volver a mirar hacia dentro. El silencio y la meditación son las herramientas.

Pablo D’Ors es un cura católico que nos habla de la necesidad de aprender a escucharnos a nosotros mismo, aislarnos del ruido y atrevernos a mirar las sombras que nos rodean. Es nieto del pensador y ensayista Eugenio D’Ors y autor del libro Biografía del silencio.
El silencio nos vuelca hacia el interior

¿Qué nos pasa que estamos tan ansiosos y tristes?

Las enfermedades del ser humano son hoy, en mi opinión, tres: la culpa frente al pasado, el miedo frente al futuro y el apego ante el presente. La razón o causa de las tres es la misma: vivimos demasiado hacia fuera y poco hacia dentro.

Y parece más difícil lejos de la naturaleza…

Todos los que vivimos en las grandes ciudades, aunque en distinta medida, somos víctimas de este triple cáncer. La única salida es, a mi parecer, fomentar una cultura de la interioridad, lo que no parece una prioridad en nuestras instituciones. Hemos de aprender a vivir en el presente desde el ser, venciendo esas tentaciones permanentes que son el poder, el tener y el parecer. Para ello la vía del silencio es claramente el camino.

¿Tanto necesitamos el silencio?

Tanto, al menos, como la palabra, probablemente más. La respiración es un ritmo biológico doble: inspirar y espirar. Vivimos solo espirando, dando solo vertidos hacia fuera; pero también necesitamos inspirar, acoger, callar para recibir lo que se nos ofrece.

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Dice el Dalai Lama que si todos los niños del mundo meditaran, erradicaríamos la violencia en dos generaciones…

No sé si en dos. Quizá en tres, que es un número más bonito. Yo lo veo sencillo, sí. Meditar es sencillo, lo difícil es querer meditar. En realidad, todo está al alcance de la mano. Es solo que no nos damos cuenta…

¿El ego y la soberbia son los males del hombre contemporáneo?

El hombre contemporáneo… Sabemos muy poco de él, sabemos muy poco de nosotros mismos. Hemos de reconciliarnos con nuestro no saber, vivir serena y alegremente nuestra ignorancia; es a eso a lo que conduce la meditación.

¿Por qué es tan difícil permanecer en silencio más de media hora?

Porque no nos gustamos. Porque no somos solo verdad, belleza y bien, como nos gustaría, sino también codicia, ambición y vanidad. El silencio nos devuelve a nuestra patria y nos asusta darnos cuenta de que hemos vivido toda la vida como extranjeros. Por otra parte, tampoco es imprescindible estar en silencio más de media hora al día. Con ese tiempo es suficiente para que la estructura de nuestra vieja personalidad se agriete y empiece a nacer una nueva.

¿Algún consejo para conseguirlo?

No se trata de ser un experto o un virtuoso, basta con ser un aficionado al silencio. Debemos erradicar el mito de la mente en blanco. El ideal no es el control absoluto de la mente, sino la absoluta aceptación de lo que la mente es, lo que es algo distinto. No se trata de alcanzar la perfección formal, sino la pureza de corazón. No amamos lo perfecto, sino lo auténtico. La vida no es perfecta y la meditación tampoco, basta que estemos vivos y despiertos. El principal “beneficio” de la meditación es que podemos acercarnos a quienes realmente somos.

Sí,eso es.

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Cuerpo mente

Conciencia: la frontera final

Dada Gunamuktananda

Conciencia: la frontera final

Dada Gunamuktananda: Yogi y maestro de meditación Bio: Dada Gunamuktananda se ha formado en meditación, yoga y ciencias de la salud natural en Australia, Filipinas e India. Ha sido profesor de meditación de Ananda Marga desde 1995 y ha enseñado y dado conferencias sobre meditación en Nueva Zelanda, Australia, Europa, Oriente Medio y Extremo Oriente.

www.anandamarga.org

Título: Conciencia: La última frontera

Sinopsis: La exploración del espacio interior, nuestra propia conciencia, está conectada en última instancia con nuestro descubrimiento del espacio exterior. Así como el mundo se vuelve un lugar más pequeño con el aumento de la tecnología de comunicación y transporte, ¡el universo se vuelve un lugar más pequeño con el aumento de la tecnología de la meditación!

Con el espíritu de las ideas que vale la pena difundir, TEDx es un programa de eventos locales autoorganizados que reúnen a las personas para compartir una experiencia similar a TED. En un evento TEDx, el video TEDTalks y los oradores en vivo se combinan para generar una discusión profunda y una conexión en un grupo pequeño. Estos eventos locales autoorganizados se denominan TEDx, donde x = evento TED organizado de forma independiente. La Conferencia TED proporciona una guía general para el programa TEDx, pero los eventos TEDx individuales son autoorganizados. * (* Sujeto a ciertas reglas y regulaciones)