El miedo es una enfermedad

APOCALYPTO

El miedo es una enfermedad

El miedo es una enfermedad que se incrusta en el corazón de aquellos que se lo permiten. El miedo es una herramienta poderosa que el enemigo utiliza para explotar nuestras debilidades.
Lo usan para controlarnos y mantenernos sumisos y callados. Crean un enemigo interno o externo imaginario, muchas veces irracional e incoherente y aun así caemos en la trampa una y otra vez. Piénsalo, prende la tele y ve cuanto terrorismo, delincuencia e inseguridad hay. Cuanta especulación económica y laboral, cuantas cifras falsas.
Nos bombardean miedo y apelan a nuestro instinto de supervivencia. Causan el terror en la población para implementar y llevar a cabo su perversa agenda. Piénsalo, analízalo y despierta. No permitas que el miedo te paralice y congele tus acciones. Expulsa el miedo de tu corazón y no lo lleves a tu aldea…

¿Tienes miedo?

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Sw. Veet Agustin

Tiempo caníbal

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Tiempo caníbal

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El tiempo es caníbal, poco a poco, nos devora. Eso es lo que pensé cuando lo encontré en la calle. Un viejo amigo, no visto desde hace mucho tiempo. Lo vi envejecido, fue difícil para mí reconocerlo al principio. Y luego pensé que teníamos la misma edad y tal vez él pensó lo mismo cuando al verme. A veces no nos damos cuenta de que estamos envejeciendo hasta que nos resulta difícil conocernos a nosotros mismos en una foto antigua, o hasta que encontramos a alguien a quien no hemos visto en mucho tiempo y vemos nuestras arrugas reflejadas en sus arrugas.

El tiempo es caníbal, pensé. Y sin embargo, mientras hablaba con mi amigo (fuimos juntos a tomar algo) me parecía que estaba en el mejor momento de su vida. Me habló sobre sus últimos proyectos, cómo ha progresado en varias cosas diferentes ahora que tiene más tiempo tras haber criado a sus hij@s. Y, entre otras cosas, me contó cómo aprendió a deshacerse de las preocupaciones estériles, a tratar de concentrarse en las cosas que realmente importan en la vida. Siempre me pareció una persona inteligente. Y descubrí que a lo largo de los años se ha vuelto más sabio.

Y entonces recordé mi primera impresión y me pareció injusto haber puesto toda mi atención en su cambio físico y ver decadencia en los cabellos blancos de las raíces de su cabello, en las arrugas alrededor de la boca… Asocié automática e injustamente no ser joven con el fracaso.

Estamos envejeciendo y el tiempo ciertamente nos roba algunas cosas, pero también nos permite seguir creciendo. Sin embargo, esta sociedad nos prohíbe envejecer, especialmente a las mujeres, como si todo nuestro valor tuviera que estar necesariamente ligado a la belleza o la juventud. Sin mirar más allá: a la persona, a la experiencia, a la inteligencia, al valor humano.

Quizá sería más saludable dejar de ver el tiempo como caníbal, darse cuenta de cómo el tiempo nos alimenta cada día.

¡Cierto!

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Sw. Veet Agustin

El código de Dios

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El código de Dios

Gregg Braden es una rara mezcla de científico, visionario y erudito con la capacidad de hablar con nuestras mentes, mientras toca la sabiduría de nuestros corazones.

Entrevista sin precedentes de Gregg Braden Una visita obligada.

¡Una vez más!

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Sw. Veet Agustin

Un Acuerdo de Almas

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Un Acuerdo de Almas

Cuentan que antes de nacer, cuando cada Ser decidió venir a la Tierra hace millones de siglos atrás para vivir la experiencia 3D hubo un acuerdo de almas.

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Primero cada alma seleccionó minuciosamente con sus maestros de Luz todas las experiencias que deseaba vivir en esta encarnación. Algunos eligieron aprender a través del desapego, otros de la soledad, otros de la enfermedad, otros a través de las pérdidas.

La mayoría, decidieron aprender de la relación de pareja. Algunos se atrevieron a experimentar la riqueza material y así sucesivamente, como si eligieran las materias para matricularse en la Universidad, todos decidieron sus misiones.

Y hubo una gran reunión entre ellas para pactar cómo se relacionarían sus almas… Como cuando se reparten los roles en una obra teatral, cada cual recibió su papel en la obra de su vida y entonces nacieron.

Algunas de estas almas se encontraron desde su nacimiento y son hermanos. A otras les tocó ser compañeros del colegio, para llegar a ser amigos en la adultez. Otros no se encontraron hasta ya mayores, fue entonces que pactaron conocerse en una fiesta y enamorarse.

Hubo quienes tendrían roles mínimos en la vida del otro. Serían el médico que lo revisó cuando estuvo ingresado por apendicitis; otro sería quien le ofrecería la oportunidad de ganar dinero fácil; otro sería el taxista que lo llevaría al aeropuerto aquel día en que le avisaron de que su madre vivía sus últimas horas, etcétera.

Nada, absolutamente nada es casual en la vida de ninguno de nosotros/as. Hay libre albedrío. Nos hemos repartido los papeles en esta película de la vida, pero no hay guion. Cada uno de nosotros/as crea sus propios diálogos y acciones y necesita asumir la responsabilidad de las consecuencias. 

Por tanto, reflexiona: ¿Por qué tienes a ese jefe tan exigente y perfeccionista? ¿Será que acordaron que él sacaría lo mejor de ti y te puliría cuál diamante? O ¿será que tienes que aprender la tolerancia? ¿Y si lo que debes hacer es renunciar? Difícil saber lo que viniste a vivenciar con cada persona que se cruza en tu vida; pero tu alma lo sabe. El Alma solo sabe comunicarnos mensajes a través de lo que llamamos intuición.

Comprende ahora que esa persona que está allí como un Pepito Grillo es porque quizás tú se lo pediste, le rogaste que fuera la voz de tu conciencia y tú mismo/a le suplicaste: No importa que te odie, pero no me dejes realizar algunas acciones que me dejarán paralizado/a en esta encarnación.

Todo esto no recordamos. No sabemos qué nos une a todo el elenco que nos ayuda a representar la película de nuestras vidas, pero hay un acuerdo tácito entre todos de permanecer juntos para ayudarnos mutuamente a crecer, a evolucionar.

Entre todos formamos un verdadero equipo de sanación porque nos ocupamos tanto de nuestro propio desarrollo como del de los demás. Pero también podemos cerrar abruptamente la relación con algunas personas por problemas meramente terrenales por el libre albedrío.

Todo este camino iniciado en nuestra primera encarnación hace millones de siglos atrás tiene como objetivo la iluminación. Cada encarnación agregamos gotas de luz a nuestra conciencia y así evolucionamos. A veces, llega a nuestra vida alguien que nos enseña algo y quien al mismo tiempo recibe enseñanza nuestra y luego se va, desaparece de nuestra vida, pues ya se cumplió el trato pactado en el llamado Plano Sublime o Cielo. Luego, avanzamos despacio en términos terrenales o mundanos, pero vamos a la velocidad de la luz en términos estelares o cósmicos.

Por ello, es importante no juzgar ninguna relación como un triunfo o fracaso. Estamos aprendiendo, y el solo hecho de poder interactuar con otros, de conocerlos, descubrir sus diferencias, llegar hasta lo profundo de su alma convierte cualquier relación en un éxito.

Así que no sufras con ese jefe maltratador, con esa pareja infiel, con esa persona envidiosa, con el familiar desleal, con el vecino chismoso, con ese profesor abusivo, ese pretendiente meloso, esa hija rebelde…

Solo míralos directamente al alma y diles: Gracias por respetar el trato.

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Luz plena

La carreta vacía

CARRETA

La carreta vacía

CARRETA
Alejandra caminaba con su padre cuando este, de repente, se detuvo en una curva del camino. Después de un breve silencio le preguntó:
– “Además del cantar de los pájaros, ¿qué oyes Alejandra?”
La niña paró, aguzando sus oídos. Después de unos segundos respondió:
– “Papá, estoy oyendo el ruido de una carreta que se acerca.”
– “Muy bien – respondió su padre -. Tienes razón, se está acercando una carreta vacía.”
Alejandra, asombrada, preguntó a su padre:
– “¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la has visto?”
Entonces el padre respondió:
– “Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido que hace. Cuanto más vacía está la carreta, mayor ruido hace.”
Alejandra se convirtió en adulta y, siempre que veía una persona interrumpiendo una conversación y hablando demasiado de sí misma, de forma inoportuna o violenta, o presumiendo de lo que poseía, tenía la impresión de oír la voz de su padre diciendo:
– «Cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace.»

¡Bla, bla bla…!

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Sw. Veet Agustin